El último pleno del mandato de la Diputación, que a priori debería haber sido de trámite (ver página 37), se vio ayer capitalizado por la polémica surgida en torno a la exposición Maculadas sin remedio y la agresión sufrida por el cuadro Con flores a María. El debate en torno a la polémica obra y la exposición en general fue tal que, en un momento del mismo, los diputados provinciales del PP abandonaron el salón de plenos. Los populares se sintieron ofendidos por las palabras de la responsable de Igualdad de la Diputación, Ana Guijarro, que les tachó de «misóginos», al no interpelarla a ella sobre el asunto, sino al presidente de la institución provincial. El portavoz popular pidió amparo al presidente ante lo que él consideraba un insulto y, al no hallarlo, el grupo entero optó por abandonar la sala.

Previamente, Andrés Lorite había solicitado al presidente que retirara la muestra por considerarla una ofensa «a la mayoría de los cordobeses que profesan la religión católica» y aseguró contar con el respaldo de 51.000 firmas recogidas por ciudadanos que sentían ofendidos, por la Asociación de Abogados Católicos, que ha presentado una demanda en el juzgado con el mismo argumento, y por unas 200 personas que han hecho la misma petición en el registro de entrada de la institución provincial.

Por su parte, Ana Guijarro, delegada de Igualdad de la Diputación, que ha organizado la muestra, consideró la actitud del PP y de los demás partidos que rechazan la exposición (Vox y Ciudadanos) un ataque a la libertad artística y de expresión, y negó que en el citado cuadro hubiera ninguna intención de ofender y aseguró que el PP, y al principio Ciudadanos, están usando el asunto con fines electoralistas. Guijarro mostró su solidaridad con la autora y explicó que la Policía está investigando el destrozo causado a la obra. Para ello, se han visionado ya las imágenes de las cámaras de seguridad, que han mostrado que la agresión es obra de un hombre que accedió a la muestra coincidiendo con la celebración del certamen de Jóvenes Flamencos en el Palacio de la Merced. La diputada dijo que las autoras de las distintas obras solo querían mostrar su rechazo a lo estereotipos existentes con respecto a las mujeres y acusó a los detractores de la muestra que querer censurarla. En este mismo sentido se pronunció el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, quien comparó a los ediles populares con Torquemada.

Tanto PP como Ciudadanos explicaron antes del pleno su opinión respecto a la muestra, porque la consideran una agresión a los sentimientos religiosos de los cordobeses, pero rechazaron el acto vandálico sufrido por la obra, que ha sido retirada de la muestra tras ser rasgada.

Tanto Guijarro como Ruiz se mostraron sorprendidos por el rechazo generado por la muestra en Córdoba, cuando se ha exhibido ya en Sevilla y Huelva sin recibir ningún tipo de reproche. Tanto Ana Carrillo, portavoz socialista, como el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, indicaron que el grupo socialista ha defendido y apoyado las manifestaciones religiosas católicas siempre y lo seguirá haciendo, con ayudas a las agrupaciones de cofradías, por lo que no se les puede acusar de atacar a esta religión, pero sí criticaron el ataque sufrido por el cuadro.

Ana Guijarro, Alba Doblas y Marisa Ruz muestran su apoyo a las artistas de la exposición, ayer, en el pleno de la Diputación. A. J. GONZÁLEZ

Posteriormente, el grupo socialista emitió una nota en la que criticaba que el PP «haya llevado al extremo la confrontación política abandonando el pleno de la Diputación». El viceportavoz del grupo, Antonio Rojas, indicó que lo de ayer fue «llevar al extremo la actitud de confrontación que durante todo el mandato ha mantenido el PP y su portavoz», y aseguró que «nada de eso hubiera sucedido si no nos encontrásemos en plena campaña de las elecciones municipales».

Por su parte, la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, señaló que «Córdoba nunca ha sido una ciudad intolerante y nunca ha destruido lo diferente, y no vamos a permitir que lo sea. No vamos a volver a tiempos de la Inquisición social, cultural e intelectual».

José Luis Vilches (Cs) acusó al equipo de gobierno de censurarle al no darle la palabra sobre este asunto al haber pasado ya su turno de intervenciones en el punto de ruegos y preguntas.