El museo de Bellas Artes de Córdoba acogió ayer el diálogo entre el profesor Antonio Garrido y el poeta Pablo García Baena, que versó sobre la figura de Antonio del Castillo, dentro del programa de actividades en homenaje al cuarto centenario del nacimiento del pintor cordobés. Más concretamente, este acto tuvo como centro la obra El bautizo de San Francisco y el poema que García Baena dedicó a esta pintura.

La consejera de Cultura, Rosa Aguilar, que fue la encargada de presentar el acto, destacó que esta cita «pone el broche de oro al año en el que Córdoba se ha reencontrado con Antonio del Castillo», y en el que los cordobeses «se han reconocido en su obra y en el inmenso legado cultural que dejó a esta ciudad».

La charla comenzó del planteamiento de un tema clásico en las artes, como es la relación entre la pintura y la poesía. «Siempre se ha dicho que la pintura es la poesía muda y la poesía es la pintura que habla», puntualizó el escritor. Esta relación, que parte del mundo clásico, en concreto de la Epístola a los Pisones, de Horacio, fue desgranada por ambos autores, quienes se concentraron en el Barroco, el cuadro de Antonio del Castillo y la «original» interpretación de García Baena sobre él. «Pablo no hace una descripción del cuadro como tal. Primero parte de una fase descriptiva, pero después se sale de la descripción para crear un universo relacionado con el mundo bucólico del campo y de la mirada de los niños que aparecen en la pintura, sobre todo de uno de ellos», señaló Garrido.

El escritor y profesor quiso resaltar así la importancia de esta exposición ubicada en el Museo de Bellas Artes, que «tiene una enorme importancia no solo para Córdoba, sino también para Andalucía y España», ya que, según Garrido, «pone en primer término la importancia de un pintor que tuvo la peculiaridad de ser paisajista», algo «no muy común en la España barroca».