El 9º Festival del Rincón del Cante, celebrado en una plaza de La Corredera llena a rebosar, deparó una noche flamenca en la que hubo de todo.

Un cartel corto nutrido de jóvenes valores, algunos con trazas de situarse en el parnaso del cante ya que condiciones no le faltan, como quedó demostrado con Samuel Serrano, lo mejor de la noche, que acreditó su rancio origen jerezano, impregnado hasta los tuétanos por esa forma de cantar que tan solo allí se da. Y si además esta entroncado con la familia de los Agujetas, ya tenemos la ecuación idónea para una proyección que vaticinamos exitosa, avalada también por ese dominio del compás y, cómo no, su voz flamenquísima e hiriente que nos hizo recordar en algunos momentos de su intervención a algunas de las mejores voces de las estirpes jerezanas. La soleá por bulerías, con la guitarra de Paco León que se inspira en el toque de Cepero, fue suficiente para su valoración, y junto a los tangos y las bulerías completaron una actuación a recordar.

Ojalá pudiéramos decir lo mismo de Filo de los Patios, que aunque condiciones no le faltan nos pareció que por ganas de agradar no dio de sí todo lo que lleva dentro. Y la expectación estaba servida con la incursión de La Fabi, una paya, como dijo el presentador, con el temperamento desatado de una gitana de rompe y rasga. Canta en situación límite sin bajar un ápice la fonación de su garganta en la que se aprecia una impostada admiración camaronera que también traspone con algunas de sus rendidas letras alusivas al genio. Su magnífico baile por bulerías con el que remataba su largo recorrido por este palo, nos mostró un perfil de solvencia festera que encandiló al público. El baile por tientos de la cordobesa Encarna López fue un ejemplo de elegancia sutil sin perder nunca su sitio con gesticulaciones histriónicas tan al uso. Al igual que en el fin de fiesta, dejó señales de su categoría, aunque un baile más hubiera completado una actuación que nos supo a poco.