El pintor sevillano Manuel León (Villanueva del Ariscal, 1977), que ganó hace dos años el premio Bienal de Pintura Rafael Botí como reconocimiento a su trayectoria y la inserción de su obra en el discurso de la pintura contemporánea, vuelve al centro Botí con una exposición llena de color y vida, que se inauguró ayer y se podrá ver hasta el 10 de junio.

Marisa Ruz, delegada de Cultura de la Diputación Provincial y presidenta de la Fundación Botí, dijo en la presentación de la muestra que es «una satisfacción volver a contar con la presencia de Manuel León entre nosotros con esta muestra que, por su forma y color, parece querer sumarse a la propia primavera». El pintor ofrece 34 piezas inéditas, en óleo y acuarelas, «en la que ha indagado sobre la representación dinámica y desbordante del mundo vegetal», explicó Ruz. Pero además, el artista propone un título sugerente He visto color. Tócame con el ojo, «con el fin de que logremos pensar desde las plantas y no sobre las plantas».

La presidenta de la Fundación Botí señaló también que «el punto de partida sobre el que se fundamenta esta exposición es el hallazgo de un ejemplar de monstera, más conocida como costilla de Adán, de más de siete metros en un patio abandonado del convento de Santa Clara de Sevilla». Esta planta es el hilo conductor de toda la muestra.

Manuel León explicó que es la tercera vez que cuenta con la ayuda de la Fundación Botí, y que en los cuadros de esta exposición «las plantas están desbordadas y a veces el dibujo se come el marco, como si se quisiera salir». Es aquí donde dice haber mirado a Córdoba y sus patios para tocar, «tanto en cantidad como en variedad, con una idea de belleza desprejuiciada y festiva».

La exposición cuenta también con el vídeo de la acción-concierto La costilla de Rocío, con la cantaora Rocío Márquez y el trabajo de iluminación de Manuel León con Benito Jiménez (Integrante de Los Voluble), además de dos obras procedentes de sus anteriores grandes exposiciones en Málaga y Madrid.

Cada dibujo, cada título, cada marco, es una invitación optimista por parte del pintor sevillano «a tocar con los ojos en un espacio que juega con la ambivalencia», como escribe Pedro Jiménez, comisario de la muestra. Y añade que «el jardín, el patio, la maceta, esos trampantojos de naturaleza que tenemos en el sur, y cuyo valor reside en el cuidado», pueden verse en estas nuevas obras de León en Córdoba.