TRAYECTORIA DOCTORADO EN ETNOMUSICOLOGIA POR LA UNIVERSIDAD DE PARIS. EJERCE COMO PROFESOR DE GUITARRA FLAMENCA DE LA ESCUELA MUNICIPAL DE BUJALANCE. ES AUTOR DEL LIBRO ´EL DUENDE Y EL RELOJ. PARA APRENDER JUGANDO QUE ES ESO DEL FLAMENCO´

Philippe Donnier lleva años centrado en la investigación flamenca aplicando sus conocimientos científicos y musicales en su doble formación de Ingeniero de Física y Química en la Escuela Nacional de París, donde obtuvo el Doctorado en Etnomusicología por la Universidad de esa misma capital, con una tesis sobre los procesos de improvisación del flamenco. A ello se suma su título de Profesor de Guitarra Clásica por el Conservatorio Superior de Música de Córdoba y sus vivencias como guitarrista flamenco en las cuevas de las Zambras del Sacromonte y en el tablao La Bulería de Córdoba. Esta experiencia, junto con su formación informática, la emplea "para que se aprenda jugando, qué es eso del flamenco", subtítulo de su libro El duende y el reloj (Puntorecklamo), que se presentó ayer en la Fundación Gala.

--Este último trabajo ¿busca un enfoque didáctico para que los niños comprendan mejor el flamenco?

--Sí. El libro es un proyecto creado para el 2006, Año del Flamenco, cuya pretensión inicial era introducir este arte dentro de la Escuela Primaria y que por razones que no vienen al caso no se pudo publicar en aquel momento.

--¿Cree que existen carencias de este tipo en Primaria, considerando que el flamenco ha de ser potenciado, tal como recoge el Estatuto de Andalucía?

--Sí. Muchos me han dicho que este libro cumple una función y puede llenar ese hueco, ya que creo que al flamenco le hace falta una enseñanza específica y este formato del cuento es una forma de entenderlo de una manera asequible para los niños.

--En este trabajo presentado en la Bienal de Sevilla explica cómo funcionan los juegos del compás y del jaleo, del cante y de la guitarra, del baile y de las palmas.

--Sí. Espero que sea el primero de una serie que tiene 90 páginas, está dedicado al esqueleto del compás; las palmas, los pies, la guitarra y el baile, y hay que considerarlo como la parte introductoria de algo que pretende ser más amplio.

--Su doctorado en Etnomusicología y su carrera de Ingeniero de Física y Química ¿han sido fundamentales para encarar este trabajo desde esta doble perspectiva?

--Sí, porque mi formación científica, previa a la musical, me ha dado una disciplina intelectual y de búsquedas de formalismos. Cuando llegué al Sacromonte después de terminar la carrera, pude comprobar que los gitanos tenían una gran capacidad para realizar unos esquemas que yo no entendía. Apliqué uno de los principios de la etnomusicología: reconocer la diferencia y buscar la forma de entender otra cultura que por definición no podía ser la misma.

--Su primer ensayo, ´El duende tiene que ser matemático´, premio González Climent, ya acometió un estudio analítico centrado en las bulerías.

--Fue efectivamente mi primer ensayo hace casi 30 años, y supone el germen de los estudios posteriores. Le tengo mucho cariño porque fue el principio de mi camino intelectual para analizar el flamenco.

--¿Qué poder de atracción tiene el flamenco para un francés como usted, que le hizo fijar su residencia en Córdoba?

--Yo creo que ha sido por lo extraño, por lo incomprensible y por lo que tiene de mágico. Mi primer contacto con el flamenco fue en el tablao del Zoco que me provocó una emotividad lorquiana. Posteriormente mis años en el Sacromonte con el idílico paisaje de la Alhambra, las cuevas, los gitanos, Sierra Nevada- todo ello, opuesto a la racionalidad de mi formación científica, fue lo que me sedujo desde el primer momento.

--¿Qué planteamientos tiene en cuanto a la divulgación de su metodología sobre la temática flamenca?

--Después de haber defendido la escritura, la transcripción y el análisis del flamenco, le tengo cada vez más respeto a esta inteligencia diferente, y siempre recuerdo la tradición oral que me traslada a la conferencia de José Bergamín sobre la La decadencia del analfabetismo . Estamos en un punto donde corremos el peligro que con tantos papeles y transcripciones, el aprendizaje del flamenco en lo que concierne a la guitarra, convierta a los solistas en aclasicados, en lugar de aflamencados.