Herencia, historia y magnitud progresista pueden ser varias de las características del funk nórdico que practica la danesa Ida Kristine Nielsen y su banda, The Funkbots, haciéndose poco a poco un sitio entre los grandes de las cuatro y cinco cuerdas.

Con una pobre entrada, quizás por no ser aun demasiado conocida en el ámbito popular musical, el pasado miércoles asistimos en el Gran Teatro de Córdoba a una pulcra y milimétrica sesión de funk, hip hop, pop y rhythm & blues actualizados de una arrolladora y trabajada personalidad que, a veces, y sin merma alguna, rozaba la memoria de Prince, su gran mentor con el que trabajó sus tres últimos años y para el que, como es lógico, tuvo una cariñosa mención y recuerdo de su etapa en New Power Generation.

Lejos, salvo las bases, y seguramente como impronta genética, quedaban las raíces negras americanas, tan ligadas al género. Se trata de otra ventana de la evolución, como diría Mark King (Level 42), por ejemplo. Lo de Ida es otra vuelta de tuerca, con intrincados pasajes de composición y cambios de cadencias y ritmos sin apenas descanso. Su voz, con apariencia distante para el género, logra encontrar a lo largo del concierto su sitio, ya que son sus composiciones, las de sus cuatro discos hasta ahora, y Nielsen sabe sus límites al respecto, por lo que cuenta con el apoyo de Kuku Agami en los coros principales y el hip hop.

La banda arropa y encaja la profusión de arreglos y cambios de ritmo con un trabajo de ensayo que se adivina arduo. Mención especial para el guitarrista Mika Vandborg, sutil como pocos músicos de sesión. Lástima que mereciera mejor trato por parte del sonido en algunas de sus impolutas y versátiles intervenciones. Y, por supuesto, a la técnica que imprime a su exclusivo bajo la protagonista, a la que se empasta como una lapa el haitiano Patrick Dorcean en la batería.

En el público, en su mayoría ganado por un trabajo bien hecho, hubo quien hubiera preferido poder bailar, propio del estilo, pero algunos conatos de los más apasionados fueron reprimidos por el personal de este tipo de sala, seguramente por esto último.

En suma, Ida Nielsen y su banda prosiguen su gira europea dejando en Córdoba una estela de buen gusto y trabajo más que dignos en esta edición del Festival de la Guitarra.