Con un precioso vestido blanco con lazos azules que desafiaba el viento desde su falda estructurada, Penélope Cruz fue ayer la reina de la alfombra roja de Cannes en la noche de Pedro Almodóvar y su Dolor y Gloria, una película que ha sido recibida con pasión y tibieza a partes iguales. Aunque el pase de gala de la película fue anoche, ya ha habido varios pases del filme para la prensa con una mixta recepción. Fuertes risas en algunas escenas y aplausos al final, pero con opiniones divergentes. Todos están de acuerdo en la gran interpretación de Antonio Banderas.

Dolor y Gloria es la sexta película que Almodóvar presenta en competición en Cannes y hasta ahora tiene un más que notable balance: obtuvo en 1999 el premio a la mejor dirección por Todo sobre mi madre y en 2006, el de guion por Volver.