El director valenciano Pedro Pérez-Rosado, que presentó en la sección Zabaltegi del Festival de Cine de San Sebastián el documental de ficción Agua con sal , señaló que el cine documental está ocupando un espacio que correspondería a la televisión.

Agua con sal explica la historia de una joven inmigrante cubana y una valenciana, que se conocen en el trabajo en una fábrica de muebles en las que sufren unas duras condiciones de trabajo, con jornadas de diez horas.

El filme parte del personaje de Olga, una joven cubana que llegó a España con una beca para sus estudios, pensando que esto iba a ser el comienzo de una vida mejor, pero al cabo del tiempo se convierte en una inmigrante ilegal que sufre los avatares de la marginación social.

La adversidad en la fábrica de muebles le acercará a Mari Jo, una joven valenciana de la Ribera Alta, nacida en una familia llena de problemas y a la que el destino ha marcado su vida.

Son trabajadoras ilegales de una fábrica de muebles en la que cobran dos euros por hora, comenta el director.

Para Pérez-Rosado, Agua con sal es "una historia de mujeres que luchan por sobrevivir en esta sociedad de bienestar y grandes oportunidades, en la que buscan desesperadamente lo que han perdido".

Uno de los grandes aciertos del filme es su autenticidad, que emana de "las condiciones a que obligué a las actrices a vivir, al pedirles que trabajaran durante un tiempo en las fábricas de muebles".