"Nunca imaginé tal recibimiento en el Liceu, no me lo esperaba", reconoce el violinista Paco Montalvo todavía impresionado por la vibrante conexión creada con el público en su debut en el emblemático coliseo este pasado viernes. Ver al público levantarse para aplaudir en numerosas ocasiones durante el concierto y escuchar cómo le jaleaban era impresionante. "El ambiente fue mágico", afirma este dotado músico cordobés de 26 años. Todo fluyó. "Fue uno de esos conciertos que será difícil de olvidar".

Para Montalvo, que toca un Nicolo Amati de 1660, su debut en el Liceo fue tan especial o más que su primer concierto con tan solo 18 años en el Carnegie Hall de Nueva York como violinista clásico. Con una importante diferencia: Barcelona guarda un lugar especial en su corazón. De de los 13 a los 20 años acudió regularmente a la capital catalana los fines de semana para aprender con su maestro Néstor Eidler, ya fallecido, a quien le dedicó unos tangos en su concierto.

Para este niño prodigio del violín decantarse por el flamenco fue lo más natural como demuestran sus dos discos-'Corazón flamenco' y 'Alma de violín'- . "No me gusta hablar de fusión. El violín es flamenco y canta como lo haría un cantaor acompañado de sus músicos o como lo haría la guitarra de Paco de Lucía. Logramos una simbiosis entre el violín y el flamenco".

'Entre dos aguas', un clásico del tocaor fallecido hace pocos años despidió la velada en el Liceo ante un público entregado. "Muchos de los que me siguen no son ni clásicos, ni flamencos. En mi público hay todo tipo de gente a quien le gusta la música".

Artista precoz

Lo impresionante es que nunca hubiera actuado antes en Barcelona este artista que ha contado con el apoyo de Daniel Barenboim, entre otros. "He tenido el respaldo de grandes músicos como él y también de importantes orquestas", recuerda Montalvo quien, con 17 años, debutó con la Sinfónica de Israel en Tel-Aviv.

También se ha ganado al público que le sigue tanto en emblemáticas como el Liceo o en sus conciertros para 15.000 personas al aire libre, como el ofrecido en México hace unos meses. "Quería revitalizar la música clásica y acercarla a nuestra época a través del flamenco", declara. Y lo ha hecho versionando en clave jonda piezas de maestros de la clásica como Falla, Sarasate y Granados y reescribiendo para violín obras populares del flamenco. "En mi tercer disco quizá me aventuré a componer más temas propios pero he aprendido tanto con esta música que estoy haciendo que, hasta que no necesite hacer algo nuevo, seguiré explorando por este camino".