La casualidad ha querido que una fuerte nevada sea el eje de la historia que la Orquesta de Córdoba y la narradora Ana Hernández contarán en el Teatro Góngora el domingo 17, a las 12.00 horas, dentro del ciclo de conciertos familiares que ofrece la formación musical. Bajo el título Un paseo en trineo, el programa se basa en un cuento inspirado en la sinfonía Un viaje en trineo, de Leopold Mozart, a quien le gustaba jugar con su hijo, el muy conocido Wolfgang Amadeus Mozart, a inventar historias por las noches, dejando la canción inconclusa para que el pequeño Mozart saliera de su cuarto y terminara la pieza musical.

La batuta estará en manos del joven director búlgaro afincado en Granada Edmon Levon, mientras Hernández, que posee una trayectoria de 25 años como narradora de este tipo de funciones, contará la historia inventada de un joven comediante que vive con su familia recorriendo pueblos y ciudades haciendo teatro viajando en carretas y trineos. Una gran nevada hace que los comediantes huyan, pero él se queda rezagado y encuentra una caja que encierra un violín mágico, con el que vivirá, junto al elfo Rodomiro, una serie de aventuras hasta encontrar a su familia. Así, el cuento gira en torno a las cuerdas del violín y cada nota conlleva una prueba mágica que sortear.

Estrenado por Domínguez-Nieto

Este concierto, «que une el teatro y el verso del Siglo de Oro», fue diseñado por Hernández y un grupo de creadores en Pamplona hace 17 años y su estreno corrió a cargo del actual director titular de la Orquesta de Córdoba, Carlos Domínguez Nieto, que ha querido recuperar esta historia junto a Hernández.

"Esta es una obra breve que está compuesta de muchas piezas pequeñas que son fáciles de escuchar porque son muy descriptivas y tiene momentos de un marcado carácter melancólico, mientras en que otros se desborda la alegría", ha señalado Hernández, que ha trabajado con prácticamente todas las orquestas españolas y algunas latinoamericanas en este tipo de conciertos.

Para ella, estas funciones son "son básicas" tanto para los escolares como para sus familias porque sirven "para acercar la música sinfónica de otra manera" a un público que habitualmente no va conciertos orquestales. "Es una forma de abrirles a una música diferente y a la experiencia en vivo de asistir a un concierto, donde no solo se escucha la música", sino que también permite conocer "lo que significa entrar a una sala, escuchar afinar a la orquesta y entender la importancia del silencio y de la atención".

Después de su larga trayectoria, la narradora considera que este tipo de conciertos consiguen sus objetivos: "No es que todas los que asistan vayan a repetir, pero más allá de que estén destinados a los niños, son los padres y madres jóvenes los que acaban entusiasmados y se dan cuenta de la importancia de la experiencia del directo".

Por otro lado, "a la gente le gusta que le cuenten historias, y estos formatos para nuevos públicos son un buen primer paso para introducirse en la música clásica", ha subrayado Hernández, que considera que, respecto a las obras más adecuadas para estos conciertos, señala que es importante "que no tengan movimientos muy largos y es importante que sean descriptivas". En cuanto a estilos, Hernández piensa que la música contemporánea también es apta para este tipo de funciones, pero se inclina por las obras clásicas.