Tras una temporada de recogimiento, vida familiar y creación de canciones en la sombra, Estopa vuelve a poner en marcha su maquinaria. Un nuevo álbum, Fuego, motiva la cita con David y Jose Muñoz, que tiene lugar en su estudio de grabación de Sant Feliu de Llobregat.

-Han pasado cuatro años desde ‘Rumba a lo desconocido’. ¿Necesitaban parar?

-David: Necesitábamos hacer canciones sin presión. Cuando escribimos una canción siempre pensamos que va a ser la última y que ya no se nos van a ocurrir más. La segunda canción que hicimos en nuestra vida, Últimamente, ya decía: «Últimamente no escribo nada / noto el vacío llenar tantas hojas / donde la tinta en el ala no pasa de tinta»... Una oda a la no inspiración.

-Jose: Nos sigue pasando, pero nos lo tomamos con tranquilidad.

-Para poder hacer canciones hay que vivir.

-(D) Sí, sin estrés. Sin esa responsabilidad de tenerlo que hacer bien en un concierto. Esa presión existe y desgasta.

-(J) Y cuando acabas una gira lo que menos te apetece es ponerte a componer. Cuando te aburres de no hacer nada es cuando empiezas otra vez.

-Los dos ya tienen los 40 cumplidos. ¿Este disco es más filosófico y menos callejero?

-(D) Es un disco muy de verdad. Mònica Terribas nos ha dicho que era un disco más interior, y creo que sí. Quizá sea más autobiográfico.

-Sus canciones no suelen serlo, o juegan al despiste.

-(D) A veces contamos historias de otros. Las canciones sobre yonquis y porros no son sobre nosotros. Pero aquí hay un alto índice de frases de verdad, lo cual me ha servido para ponerme en orden.

-Aquí no hay elogios de la droga.

-(J) Ni canción protesta, como Gafas de rosa, del disco anterior. Esta canción ya está hecha, igual que están hechas Tu calorro o La raja de tu falda. Son patrones que no queremos repetir.

-Pues en estos cuatro años han pasado cositas en el plano político, empezando por esas cuatro elecciones.

-(D) Todas fallidas. Y estas van camino de ser fallidas también. Nos inspiraría a hacer una canción tipo El día de la marmota, algo gracioso, en plan «vamos todos a votar...» como si fuera la alegre rutina de cada día. Pero voy a decir una cosa, y lo diré bajito: cuando no hay gobierno parece que va mejor la cosa. Ahí lo dejo.

-Una de las canciones más sorprendentes del disco es ‘Pobre Siri’, sobre una historia de amor con la voz de los teléfonos móviles.

-(D) Empezó como una broma y acabó siendo algo serio. Es irónica, pero no es tan divertida como parece. Encierra un mensaje crítico: que al final nos vamos a enamorar de verdad de Siri, una voz que no tiene sentimientos.

-Habla de la soledad.

-(D) Y de que a lo mejor vamos a acabar todos un poco rayados con eso de la tecnología.

-Y la canción número 9 es una balada reflexiva, ‘El último renglón’.

-(J) El número 9 es el de la canción mágica. En los discos lo tenemos reservado para las canciones especiales.

-(D) Como No quiero verla más o Mundo marrón. Esta refleja una manera de describir mi interior. Es como una charla de psicólogo, con una primera parte sin rastro de ritmo y luego una batería que es un guiño a Triana.

-‘Los globos’ también podría haber sido la 9.

-(J) Es la canción en que arriesgamos más.

-D) En nuestra numerología, la 9 es la mágica y la 12, el experimento. Esto es un disco, no un concierto, y lo terminamos con las canciones más lentas y oníricas. Como La serpiente y la luna, que es una fábula.

-Vistos los cambios de gusto en la música, la compañía les sugirió apuntarse al reguetón.

-(D) Nos dijeron: ‘Chicos, hemos hecho una reunión y hemos pensado que os tenéis que modernizar’. Fue un golpe en el hígado.

-(J) Decían que en cuatro años había cambiado mucho el negocio y que si queríamos sonar en la radio teníamos que tocar reguetón. Quise entender esa propuesta, pero nosotros nunca hemos hecho música para sonar en la radio, y vamos a seguir así. No nos vamos a subir ahora al carro. Y si nos toca no sonar en la radio, pues no sonamos.

-¿En ningún momento dudaron?

-(J) Lo hemos tenido clarísimo. Siempre nos ha gustado coger el camino diferente del que cogen todos. Llámanos originales. O que intentamos no hacer clones. Si ahora se lleva eso, pues será cuestión de ser más nosotros que nunca, y sin intentarlo.

-Tratan de hacer lo que les da la gana.

-(D) Intentamos hacer canciones atemporales, y eso implica hacer lo que queremos.

-Su libre posición incluye decir que no a muchas propuestas. Publicitarias, por ejemplo.

-(D) Hemos rechazado ofertas de anuncios que no tenían nada que ver con nosotros. Otra cosa son las marcas que aceptan patrocinar nuestras giras. Pero si tenemos suerte de algo es de no estar alienados. Bancos, ninguno.

-Hay una idea de Estopa como ejemplo de triunfadores hechos a sí mismos que han alcanzado el éxito desde abajo. ¿Es un cliché que les molesta?

-(D) Lo de Rockefeller, que empezó vendiendo periódicos y acabó siendo el capo. Son historias que se montan para justificar la sociedad. Ejemplos de un supuesto ascensor social gracias al cual, si te lo curras mucho y eres muy listo, puedes llegar arriba. Cuando yo creo que hay más gente a la que le toca la lotería que beneficiada del ascensor social. Sí, nos molesta que nos usen para eso. Porque nosotros hemos tenido suerte, nos tocó la lotería, no nos creemos nada, no pensamos que seamos mejores que nadie, no queremos ser números uno, ni que nos pongan como ejemplo de que si te lo curras mucho y cierras los ojos y sueñas una cosa muy fuerte, muy fuerte, y ves una estrella fugaz, el sueño se te cumple. Pero con nuestras canciones pretendemos ayudar a la gente en su día a día, en sus movidas y en sus vivencias.

-Y bien, la respuesta del público confirma sus intuiciones cuando decidieron ignorar las llamadas a hacer reguetón.

-(D) Joder, es un descanso, ¿eh? Porque, aunque crees que llevas razón, siempre te queda la duda: a ver si ahora nuestra manera de ver la música va a ser muy de gente mayor... Pero Rosalía ha dicho que le gustaba que decíamos muchas palabrotas y que había como un tabú ahí que quizá no exista en la música de ahora. Lo entiendo, puede pasar. Estas canciones son muy de tabú.