El Museo Taurino de Córdoba acoge la singular muestra pictórica en la que se reúnen, por primera vez, tres obras muy significativas de los autores Ignacio Zuloaga y Julio Romero de Torres, en las que retratan a tres figuras del toreo como son Manolete, Guerrita y Machaquito.

La más destacada de las tres obras, por su origen y la dificultad de poderse apreciar fuera de su marco habitual, como es la fundación Zuloaga de Zumaia (Guipúzcoa), es el enorme boceto del retrato de Manuel Rodríguez Sánchez (Manolete), realizado en carboncillo sobre lienzo y que está flanqueado por otras dos excepcionales retratos pintados por Julio Romero de Torres de los otros diestros cordobeses Rafael Guerra Guerrita, y Rafael González, Machaquito. La muestra de incluye en el programa actos del programa Manolete 100 años vivo, que conmemora el centenario del nacimiento del torero cordobés.

Según ha explicado el comisario de los actos, Fernando González Viñas, el motivo principal de esta exposición es poder mostrar “por primera vez en Córdoba juntas estas tres grandes obras de la pintura” de dos destacadísimos artistas de la primera mitad del siglo XX español, que se sintieron atraídos por el mundo de la tauromaquia y sus protagonistas. Hasta el punto, señaló, de que Zuloaga intentó ser torero sin éxito, aunque sí que aparece en algún cartel como novillero.

El cuadro de Zuloaga tiene como característica el hecho de ser un boceto, que para muchos es considerado como una obra culminada por su excelente factura y la definición de rasgos que recoge del torero cordobés, especialmente su rostro. Se da la circunstancia, señala el comisario de que el boceto de Manolete fue pintado en 1945, pocos días antes de que el autor muriera. Además, indica, en la obra, “parece difuminarse la figura del torero, que también poco después sufrió el trágico desenlace de su cogida mortal en Linares”.

Los cuadros de Julio Romero son anteriores, de los años 1900 y 1911, y responden al fiel estilo pictórico del artista cordobés y que además, también por primera vez se exponen conjuntamente, pues una pertenece a la familia Guerra y el segundo es parte del patrimonio del museo de Bellas Artes de Córdoba.