El director de la Real Academia Española y jurista cordobés Santiago Muñoz Machado acaba de publicar el libro Civilizar o exterminar a los bárbaros (Crítica), un original estudio que se centra en el análisis de las ideologías que ampararon la colonización de América por parte de España e Inglaterra. Según los divulgadores de la leyenda negra, la condición brutal de los españoles no tendría equivalente en la colonización inglesa: los primeros utilizaron sin consideraciones a los indígenas, sometiéndolos a penosidades al servicio de sus intereses. Los segundos habrían luchado por convencerles con buenas palabras y gestos de que abandonaran sus tierras y, solo en caso de resistencia, les declararon la guerra y tomaron sus territorios a la fuerza.

Pero todo tiene un precio: el método de integración y mestizaje español facilitó la implantación de los conocimientos e industrias europeas, la educación de la población y la conservación de sus idiomas y de aquellas costumbres que no chocaban con la doctrina católica. El método de los colonos ingleses conducía a que los indígenas fueran compelidos a abandonar sus tierras o, en caso de resistencia, a sufrir guerras de exterminio. Todo ello, además, sin beneficiarse de ninguna ventaja de la civilización más avanzada de la que procedían los colonizadores.

«En los últimos años han ganado cierto auge los estudios históricos dirigidos contra la leyenda negra española. Se alzan, por lo general, contra las exageraciones, la ignorancia o, simplemente, las falsedades utilizadas para describir la conquista y colonización española de América. Algunos de ellos, para poner las cosas en su sitio, apelan al hecho cierto de que ninguna colonización, a lo largo de toda la historia del mundo, se ha llevado a cabo sin cobrarse muchas víctimas. Ninguna sin derramar sangre y causar sufrimiento a las poblaciones ocupadas», dice el presidente de la RAE en su libro, en el que también señala que «los estudios se han empeñado en marcar las diferencias entre la colonización española de América y la de las demás potencias colonizadoras».

PROPAGANDA // En este sentido, el jurista cordobés asegura en esta nueva obra que «a lo largo de muchos años, mientras crecía imparable la execración de la conquista española, se mantuvo una propaganda de la actuación inglesa en América completamente idealizada, que la caracterizaba como de guante blanco, llena de comprensión y amor hacia los nativos, a los que trataron de igual a igual, negociando con ellos y adquiriendo los derechos de ocupación de sus tierras. Las guerras que, innegablemente, hicieron contra los indios, se justificaron en el carácter indómito, salvaje, de muchos grupos, a los que era imprescindible combatir porque atacaban a los colonos, robaban sus ganados y arrasaban sus cosechas». Pero, continúa Muñoz Machado, «la literatura y, ya en el siglo XX, el cine ensalzaron la épica de las guerras indias, con hazañas inverosímiles y soldados y generales míticos, cuyas vidas legendarias merecieron la admiración de todo el mundo, pero especialmente de los americanos, que encontraron en estos hombres y sus epopeyas fundamentos sólidos para glorificar la historia de los Estados Unidos».