El mundo ha hincado la rodilla para despedir a María Dolores Pradera, fallecida la noche del lunes y señalada como «la gran dama española de la canción», también como «una persona inmensa y luminosa», señalaron ayer los que conocieron a la mujer que con su música y su «fina estampa» acercó las dos orillas del Atlántico, informa Efe. «Estaba bien, pero de repente fue cayendo en picado y se puso muy malita, pero hemos tenido la suerte de que nos ha vivido muchísimo», explicó la hija de María Dolores Pradera, Helena Fernán-Gómez, a los medios de comunicación en las puertas del tanatorio de la M-30, donde se ha instalado su capilla ardiente desde mediodía. Hasta allí se han acercado numerosas personalidades de la cultura, de la política y de la prensa, alternándose con miles de mensajes de condolencia en la distancia, como el «adiós emocionado» de los Reyes a una «enamorada de la música iberoamericana y puente entre culturas» o la despedida del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a una «figura muy relevante de la canción española».

Nacida en la capital española el 29 de agosto de 1924, María Dolores Pradera recibió numerosos premios y distinciones a lo largo de una trayectoria artística de casi 70 años, durante la que obtuvo 30 discos de oro y fue galardonada con la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, la Medalla de Oro de las Bellas Artes, la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica y el Premio Nacional de Teatro. Hasta hace un lustro se mantuvo en activo, cuando grabó el segundo volumen de Gracias a vosotros junto a amigos, admiradores y colegas de profesión. De hecho, «casi hasta el último momento no perdió la ilusión de volver a los escenarios», dijo muy emocionada la hija de la cantante y del actor Fernando Fernán-Gómez, que ha recordado, además, que México fue su segundo país.

Según ha precisado, fue en torno a las once de la noche del lunes cuando la artista falleció en su domicilio madrileño por causas naturales y sus restos mortales serán incinerados hoy en el cementerio de la Almudena a una hora por determinar. Las cenizas se las repartirán entre los hijos y en unos días se celebrará un funeral en la iglesia de La Milagrosa, «donde ella iba de pequeña».

«Quiero que se la recuerde como maravillosa madre, persona y artista. No he podido ni llorar esta mañana de la cantidad de recados que he tenido de todo el mundo», ha comentado Fernán-Gómez, tras recibir muestras de cariño, entre otros, de Diana Navarro, Soledad Jiménez o Joaquín Sabina, que envió flores, al igual que la Academia de Cine, la Academia de las Artes Escénicas o AISGE.

María Dolores Pradera comenzó su carrera en el cine y en el teatro y no debutó como cantante hasta 1952. Desde entonces, con su aspecto pulido y fría elegancia, tuvo claro que nunca querría estar de moda, por eso siempre se sintió libre para elegir un repertorio clásico en el que abundan las versiones. «Yo no sigo las modas y hago lo que prefiero. Mis canciones nunca están ni han estado de moda», aseguraba hace cinco años, cuando presentó el que es su último disco, Gracias a vosotros II, «un pequeño milagro» posible gracias a la «adoración» que sentían por ella artistas como Serrat, Raphael, Sabina, Bunbury o Alborán.

Con 40 discos grabados y una carrera que había empezado en la interpretación, en cine y teatro, en 1941, la artista se ganó, generación tras generación, el respeto del público, que llenaba sus conciertos, y de sus compañeros. Nació en Madrid el 29 de agosto de 1924 -o de 1926, según las fuentes- pero vivió desde los seis años en Chile, donde su padre tenía negocios, y luego, ya de adulta, en México. Tal era su conexión en Iberoamérica que, como ella misma contaba, dependiendo del país en el que estuviera los medios decían que era mexicana, peruana o argentina aunque, de hecho, gozaba también de esa última nacionalidad al casarse con el también actor Fernando Fernán Gómez.