La creación literaria femenina fue protagonista ayer en la penúltima jornada de la Feria del Libro, por la que pasaron las escritoras Care Santos, Luz Gabás, Regina Roldán, Azucena G. Blanco, Rafaela Alcolea y Marta Jiménez, que presentaron sus nuevas obras o firmaron ejemplares de ellas, aunque también fue un día en el que se dio a conocer la obra ganadora del Premio de Poesía Ricardo Molina, que recayó en el libro Sangre Seca, de Josep María Rodríguez, y Ricardo Lezón presentó su libro Los minúsculos latidos. La mañana empezó con la presentación de Media Vida, novela con la que Care Santos vuelve a los recuerdos para hacer una radiografía de la mujer en los años setenta y ochenta del siglo pasado, un momento que para la escritora es «especialmente interesante» en la revolución femenina. «Para cierta generación, es un momento clave», señaló Santos, que con esta obra ha querido rendir un homenaje a la generación que se educó bajo el franquismo y que, al llegar la Transición, vio cómo «todos los fundamentos en que se basaba la vida que habían llevado hasta ese momento se tambaleaban y se convertían en otra cosa». La escritora, cuya obra presentó Pedro Ramos, habla de un momento de cambio para esas mujeres, que ya eran maduras, y que, de repente, «se encuentran desubicadas y tienen que adaptarse a lo nuevo, además de dar una educación a sus hijas muy diferente a la que ellas han recibido». De esa adaptación y de «ese camino tan largo que recorrieron esas mujeres desde su educación franquista hasta la actualidad» habla Media Vida, que reúne a cinco personajes femeninos muy diferentes a los que les une «haber compartido un pasado, ya que coincidieron en un internado de monjas, que es donde empieza la novela en el año 50, y que deciden reunirse 31 años más tarde», subrayó la escritora, que no califica su obra ni como histórica ni como feminista, sino una novela de «introspección sobre la condición femenina».

Luz Gabás, durante su paso, ayer, por la Feria del Libro.

Por otro lado, Luz Gabás, después de cautivar a miles de lectores con Palmeras en la nieve, recaló ayer en el Bulevar del Gran Capitán con su tercera novela, que lleva por título Como fuego en el hielo y relata una historia de amor que se desarrolla en el siglo XIX. Esta obra fue presentada a través de un diálogo entre la autora y la periodista Marta Jiménez, que también firmó ayer ejemplares de su obra Yo, Bill Murray, un libro que ha dado «muchas satisfacciones» a la autora.

Marta Jiménez firmó ejemplares de ‘Yo, Bill Murray’.

Jiménez comenzó introduciendo al público en el argumento de la novela de Gabás, que se desarrolla en un pueblo de los Pirineos, donde el protagonista, Attua, llega tras abandonar el Madrid de 1853 huyendo de un crimen cometido en un duelo de honor. Vuelve a su casa y allí se reencontrará con su primer amor, pero ha de hacerse cargo del negocio familiar, una casa de baños. Gabás señaló que buscó situar esta historia en «una época que fuera el principio del turismo en España, cuando, una vez terminada la guerra carlista, era menos peligroso cruzar el país», un momento en el que llegaban a España escritores y viajeros «que se enamoraban de esas montañas y de sus aguas termales». Por otro lado, la escritora aseguró que «en esta novela, la única esperanza la proporciona el amor», asegurando que la obra es «un homenaje al romanticismo». La cita también acogió la presentación del poemario Sangre seca, de Josep María Rodriguez, que corrió a cargo del delegado municipal de Cúltura, David Luque.

David Luque, Josep María Rodríguez y Lin Cortés.