Obra: Troyanas

Versión: Alberto Conejero sobre el original de Eurípides.

Reparto: Aitana Sánchez-Gijón, Maggie Civantos, Alba Flores, Gabriela Flores, Nacho Fresneda, Miriam Iscla, y Pepa López.

Dirección: Carme Portaceli.

Lugar: Teatro Góngora, 16/03/2018.

Texto más que conocido del antibelicista Eurípides que narra lo que ocurre en Troya después de la guerra en la que sus habitantes fueron vencidos por los griegos que, antes de partir, saquean la ciudad y sortean a sus mujeres como esclavas.

En esta versión de Alberto Conejero la acción se centra en la visión de este horror desde la óptica de las mujeres más relevantes de esta tragedia, desde la anciana reina Hécuba hasta Helena como origen del conflicto. Conejero se centra en esta mirada femenina en base a prescindir de los personajes euripidianos de los dioses, del coro y de Menelao e incorporando a Polixena y Briseida. Un texto impactante que refleja la vigencia de la denuncia hacia la imagen de la guerra devastadora en el mundo de hoy.

La escenografía no dice ni aporta realmente nada a la puesta en escena, mientras que el excelente diseño de luces suple esta carencia escenográfica junto a un vestuario intemporal que sugiere esta lacra de la guerra a través del paso del tiempo.

Una buena interpretación individual de cada uno de los personajes pero irregular en su conjunto debido, cabe suponer, a un montaje desigual, con altibajos. Como ejemplo citar que el prólogo del Taltibio de Nacho Fresneda comienza con mucha fuerza dando voz a las troyanas para que cuenten su historia en un acto de dolor de toda la humanidad a la que representa, llegando desde el patio de butacas vistiendo traje actual, pero el personaje va perdiendo peso en la dramaturgia a medida que avanza el tiempo. Aitana-Hécuba muestra destellos de lo gran actriz que es manteniendo espléndidos ritmos verbales y juegos en los cambios de registros pero hay momentos en los que pierde fuerza trágica, a lo mejor porque físicamente no hay apenas diferencia entre la edad que aparenta la anciana reina y su hija, su nuera e incluso Helena de Troya. Muy buena la blanca, fantasmagórica y descalza presencia de Alba Flores como Polixena, que parece flotar sobre el escenario.

Un montaje irregular que, aún con escenas contundentes como la de Helena defendiéndose de las acusaciones, la muerte del nieto de Hécuba, las proyecciones de guerras actuales, el arrepentimiento de Taltibio recordando la tragedia que no puede olvidar o los potentes gritos con los que Hécuba inicia la participación de las troyanas, debería convencer y enganchar más. Todo el conjunto aparenta ser un producto de consumo más comercial que eminentemente teatral. Un buen montaje pero no convincente.