El actor Miguel Molina, hasta ahora reconocido por su extensa carrera ante las cámaras, ha dado un paso más para dirigir su primera película, Un tiempo precioso, con la que se acerca a la historia de un hombre que pasa los mejores años de su vida tras ser diagnosticado de alzhéimer y un tumor cerebral. La ópera prima como director de Miguel Molina, también productor y protagonista de la cinta, está enmarcada en la Sección Punto de Encuentro de la 64 Seminci y propone un drama al que su creador no ha dudado en aportar un toque de comedia. «Dentro de la dureza de la enfermedad es una película esperanzadora», ha confesado el propio Molina, quien explicó ayer en un café-encuentro que la idea de realizar este proyecto surge tras enterarse de que su tío padecía alzhéimer.

El film se centra en un actor (Miguel Molina) sin apenas relación con su familia que, al recibir el duro golpe en forma de esta enfermedad neurodegenerativa, comienza a retomar el contacto con los suyos y a disfrutar con ellos más de lo que lo ha hecho nunca. En este canto a la vida, el artista ha querido «no hacer un drama muy pesado», y en ese sentido ha mostrado que «dentro de la dureza hay cosas muy bonitas», y que ya en las primeras proyecciones de la cinta han sacado las sonrisas del público.

Tras dos años y cuatro meses de rodaje más el año previo para el guión, el artista ha conseguido con Un tiempo precioso lo que pretendía en un primer momento, que es ofrecer una visión «no solo para el enfermo, sino para lo que le rodea» (el actor Carlos Pulido encarna al hijo del protagonista). Molina recordó visiblemente emocionado a Alfredo Landa, la persona que le enseñó a «ser disciplinado y saberme reír de esa disciplina, a disfrutar de la escena y a disfrutar de él». Más allá del contenido del filme, confiesa que lo pasó «muy bien» en el proceso de dirigirse y examinarse a sí mismo, al realizar todo el trabajo anterior que requiere cada personaje, lo que unido a su papel multidisciplinar en el proyecto ha hecho que ese «juego a tres llevado por una persona» le haya hecho disfrutar incluso de discutir consigo mismo.