Autora de una decena de novelas, Susana Pérez-Alonso (Mieres, Asturias,1968) vuelve a la literatura después de 10 años con la publicación de una nueva novela, Nada te espante, la continuación de su éxito de 2002, Nada te turbe. Finalista del concurso La Sonrisa Vertical en el año 2000 con Mandarina, vuelve para hacer un repaso a la actualidad, invitando al lector a reflexionar sobre los problemas de la vida cotidiana sin perder el sentido del humor.

-Su última novela fue ‘<b>Melania Jacoby’, en 2009 ¿Por qué vuelve a la lite</b>ratura después de diez años?

-Porque estuve mal de salud y, entre otros motivos, por el tema del plagio (la escritora acusó a la productora de la teleserie La Señora de haber copiado su obra y perdió en los tribunales). Tengo que decir que aquello me dejó un poco hundida.

-¿Por qué decide hacer ahora una segunda parte de <b>‘Nada te turbe’</b>? ¿Qué se quedó sin decir?

-Nada te turbe habla de la vida cotidiana, y lo más fácil es escribir de lo que nos pasa a todos a diario. Creo que lo hice por eso, porque era lo sencillo, lo más divertido y lo más entretenido.

-‘Nada te turbe’ y ‘Nada te espante’ tienen la misma protagonista, Catalina Béjar del Prado. ¿Qué tiene de especial este personaje para que vuelva a elegirlo como eje de su obra?

-Todas las mujeres que salen en mis novelas son muy fuertes, con mucha personalidad, y Catalina, en ocasiones, da la sensación de que está un poco loca. Mientras la gente esta replegándose en su mundo y pasando de todo porque han perdido las ganas de luchar, Catalina no pierde las ganas, pero pierde en combate. Eso es lo que más llama la atención.

-¿Cuáles son las disquisiciones que se hace el personaje en esta ocasión?

-El libro habla de la Justicia, la Sanidad…, de lo que nos afecta a todos día a día. Cuenta, con mucho humor, cómo Catalina se enfrenta a ello.

-Catalina se enfrenta a ello, pero, ¿desiste?

-Nunca desiste. De hecho, la primera novela sobre Catalina, Nada te turbe, se llegó a estudiar en congresos de psicólogos, la recetaban los médicos a las mujeres, una cosa curiosísima. Fue un fenómeno porque Catalina pierde. Yo creo que todos perdemos, y las mujeres más, aunque estoy en contra de toda esta locura. Mi última novela también se ríe del nuevo feminismo. No logro entender un tipo de feminismo como el que hay ahora mismo. ¿Cómo voy a salir a la calle a pedir igualdad o fraternidad si estas llevando una blusa que ha hecho una mujer por un sueldo miserable? ¿Y tener que dar por válido que esa señora come gracias a eso? Son cosas que a mí no me cuadran y a Catalina tampoco.

-Asegura que le dijeron que ‘Nada te espante’ es una no-novela, ¿a qué cree que se refieren?

-Después de ser una súper ventas y quedar finalista en La Sonrisa Vertical, mi editorial, que era Random House, me dijo que no era una novela. Resulta que era una novela de tesis y no me la quiso publicar. Yo tuve que poner más de 3.000 euros encima de la mesa para que me la publicaran, y antes ganaba 50.000 euros por obra.

-¿Por qué se ha autoeditado este nuevo libro?

-Porque cambió tanto el panorama que me tuve que autoeditar. Es algo surrealista. Ahora te publican en función al número de «me gustas» en las redes sociales, y a nadie le interesan las novelas de tesis porque te hacen pensar.

-‘Nada te espante’ es un repaso irónico a la actualidad. ¿Cuál es su visión de la realidad que estamos viviendo?

-Desoladora. Mi impresión de la realidad es absolutamente desoladora. Yo creo que se perdieron totalmente los valores, que hay una destrucción y, además, programada, de lo que es la familia. Cada vez vive más gente sola, mueren más ancianos solos, cada vez hay más padres y madres solteros y solteras. Todo eso lleva a un cambio que, aparentemente, no tiene importancia, pero se lo pone mucho más fácil a los poderes fácticos. Yo creo que a día de hoy no mandan las urnas, mandan los fondos, los poderes fácticos.

-¿A qué cree que se debe el individualismo contemporáneo del que habla?

-A mi entender, este individualismo se fomenta desde los poderes fácticos y económicos, porque cuanto más desunida esté la gente, menos fuerza hace. Solo eres más débil.

-¿Tiene pensado seguir escribiendo a partir de ahora?

-Yo escribo para publicar, si no, escribo mi diario. Me encanta escribir. Me lo paso muy bien, aunque esté enferma, tarde más y me cueste más. Pensé que en cuanto terminara mi novela me la iban a publicar y que sería un best seller. La gente devoraría mi libro porque unos se sienten identificados, otros quieren ser como Catalina y otros se ríen, pero mi editorial no me la ha sacado. Habrá que preguntarse el por qué, y así volvemos a lo mismo: porque las novelas de tesis no interesan. Hay una tesis que es la oficial, el pensamiento único, y tú tienes que pensar como los demás, si no eres rara, eres mala, puedes perder tu trabajo. También lo del plagio me perjudicó muchísimo. Las productoras compran novelas a las editoriales y yo perdí, pero aún así no quieren que levante la cabeza. Escribir la continuación de Melania Jacoby y acabar la trilogía o escribir otra historia que tenía pensada lleva mucho tiempo y no quiero hacerlo si nadie me va a publicar. ¿Si no te sacan cómo lo vas a vender? Con esta última novela no voy a ver una peseta. A mi edad me encuentro como una becaria.