Mañana viernes, a las 20.00 horas, la librería Luque acogerá la presentación de Heridas y sueños, la segunda novela del escritor y economista Álvaro López Murcia (Montilla, 1978), tras la buena acogida que tuvo su primera obra, Nieve en Aberfeldy. La recaudación de los cerca de 400 ejemplares que vendió de su primer libro los donó Álvaro López íntegramente a un proyecto de la asociación Autismo Córdoba y ahora, con la publicación de su segunda novela, está volviendo a venderse y a interesar la primera. Esta nueva obra sale a la venta a pocos días de que comience la Feria del Libro de Córdoba, donde también estará presente.

-Su primera novela se centraba en el amor y la amistad, en personas anónimas que hacen cosas maravillosas, pero no gozan de notoriedad social. ¿Qué aborda ‘Heridas y sueños’?

-Es una novela de suspense y llena de emoción. El protagonista es un joven escocés, llamado Elliot, cartero de profesión, que recorre por su trabajo las calles de Edimburgo. Hay dos hechos que alteran su vida cuadriculada. Uno es que recibe unos análisis médicos devastadores y el segundo es que desaparece una violonchelista calejera de la que se ha enamorado en sus rutas diarias. Por eso, decide emprender un viaje en busca de la intérprete.

-¿Y qué esconde el personaje de esta violonchelista?

-Se llama Fianna. Es una chica joven, a la que la vida le sorprende con circunstancias que van más allá de su madurez. Aprende a refugiarse de los problemas a través de la música. El mensaje de mi novela viene a decir que nunca es tarde para corregir el rumbo. A veces es necesario hacer un alto en el camino para replantearnos las cosas. Algunas dificultades nos impiden alcanzar nuestro sueño. Trata el libro a su vez de que la vida se ve influenciada por lo que ocurre a nuestro alrededor sin poder remediarlo.

-¿El argumento de la novela se desarrolla fuera de España?

-Sí, la novela transcurre en Edimburgo, Londres, Florencia y Amsterdam. Son lugares que conozco y ubicar la historia en ellos me resultara liberador al recordar estos sitios.

-¿Qué le gusta más de escribir?

-La razón por la que escribo es que tengo la suerte de hacerlo sin ataduras, porque mi profesión es la de economista. Escribir me ayuda a desconectar del trabajo. Estamos ante una sociedad deshumanizada, fría y superficial, que está a la deriva. Es tan preocupante que pienso que cada palabra y cada gesto cuenta. Mientras se escriban historias de personas buenas, las nuevas generaciones estarán a salvo. Sería importante acercar la lectura más a los niños y a los jóvenes.