Cuarenta años han pasado desde que masas enfervorizadas de cordobeses llenaron el Gran Teatro para escuchar en directo los temas de Recuerdos de mi tierra, el primer disco de la banda cordobesa Mezquita. Aunque el paso del tiempo se deje ver en el reflejo plateado de sus cabelleras, Randy López (bajo y voz), José Rafa García (guitarra y voz), Francisco López Roscka (teclados) y Eduardo Viñolo (batería) guardan dinamita para volver a dar la batalla con su rock progresivo el próximo 25 de julio en La Axerquía.

-¿Cómo recordáis aquel concierto en el Gran Teatro del 24 de noviembre de 1979, en que se presentó ‘Recuerdos de mi tierra’?

-Aquello fue muy grande. Córdoba amaneció un día empapelada de carteles azules porque dábamos ese concierto en el Gran Teatro. Más de 500 personas se quedaron en la calle porque se agotaron las entradas, y eso que entonces cabían 4.000 personas en el teatro. Fue un éxito muy grande. Tuvieron que abrir las puertas porque las iban a romper. Esas 500 personas entraron y se sentaron por los pasillos, no cabía ni un alma. Ahora el público quiere ser el artista, quiere cantar y como hagas algo que no entienda, no se paran a escuchar, hay que darlo todo muy mascadito. En esa época, la gente te escuchaba y quería música.

-¿Quién hizo antes rock andaluz, Mezquita o Medina Azahara?

-Mezquita. En 1973, cuando aún éramos Expresión, empezamos a hacer las primeras canciones con la onda del rock andaluz. Luego, en el 75, salió Triana. El cambio de nombre y de repertorio vino después. Teníamos bastantes canciones de ese estilo y nos dimos cuenta de que había material suficiente para grabar un LP y de ahí surgió el primer disco.

-Mezquita se curtió en las ferias siendo aún Expresión.

-Hoy en día, aquello se llamaría grupo de versiones. Actuábamos en las ferias, pero tocábamos tres LP completos de Deep Purple, dos de Pink Floyd... Hacíamos una música muy especial y cuando llegábamos la gente se ponía a bailar. Hoy tocas a Pink Floyd y la gente se queda parada, no sabe. Entonces ayudaba el pelo largo, bastaba con mover la melena.

-El rock andaluz es un género amplio, ¿qué tiene de especial Mezquita?

-Nosotros veníamos de tocar esas grandes bandas de rock y a gente como King Crisom. Nuestra música tiene tintes arábigos andaluces, pero nuestra esencia es el rock progresivo, por eso nuestros temas son tan largos y muy diferentes a los de otras bandas. Lo que pasa es que todo lo que suene a árabe, se le coloca el apellido de andaluz (en realidad, debería llamarse andalusí). El rock progresivo son experimentos, canciones largas. En 10 minutos se cuenta una historia, en tres minutos, solo unas palabras.

Cuando murió Franco, la política usó el rock andaluz para crear conciencia y luego se olvidó

-De tocar en las ferias, el rock andaluz se convirtió en seña de identidad política andaluza.

-Hubo una época en que todo era política y nosotros luchábamos también con nuestra música contra el opresor. Durante la dictadura, el enemigo era el Estado que no nos dejaba hacer muchas cosas. Luego, con la llegada de la democracia, tuvimos que parar un tiempo para dar una oportunidad a los nuevos, pero cuando vimos sus intenciones, volvimos a la carga. Cuando murió Franco, la política usó a los grupos de rock andaluz en sus mítines para crear conciencia de comunidad en Andalucía, nos usó y luego se olvidó. En los mítines de Escuredo, por ejemplo, iba Mezquita, iba Triana... Nos sentimos un poco utilizados por los políticos de la época porque cuando llegaron donde querían, nuestras letras y propuestas, que hacían pensar a la gente, ya no les interesaban. Se podría decir que existe una deuda histórica con el rock andaluz. De hecho, alguien dijo aquello de a España no la va a reconocer ni la madre que la parió (Alfonso Guerra) y entonces se impuso la new age, la nueva modernidad, esa enfermedad que vino a estropear el panorama musical que había y que tenía ya un nivel con bandas de rock como Asfalto, Barón Rojo, Triana, Mezquita, Medina Azahara... Antes de la nueva modernidad, los djs ponían la música que les gustaba, pero eso cambió con la radio fórmula, que hizo que quien quisiera sonar tuviera que pagar.

-¿Esa apertura dañó la calidad?

-Cuando llega a Europa la apertura, se instaura en España el todo vale, del que salieron una serie de bodrios que la gente se tragaba sin mucha conciencia porque sonaban todo el tiempo en la radio. Se cambió algo auténtico por un aperturismo de baja calidad del que salieron grupos infumables. Cuando empezamos en la música, en los años setenta, los que se dedicaban a la música eran artistas, personas que tenían una necesidad imperiosa de expresar algo. Luego el concepto cambió y empezaron las fusiones, hubo gente que se dio cuenta de que con la música se ligaba, se ganaba dinero y se metieron ahí. Hasta los setenta, cada año había una cosa nueva. Los ochenta fueron solo para divertirse, para no pensar y jiji jaja. Hubo buen pop, buen rock y buen tecno, pero se perdió la conciencia artística que había existido hasta entonces.

-Mezquita paró en el 83 y ha vuelto de forma intermitente. ¿Qué pasó?

-Nosotros no nos hemos separado nunca, hemos seguido siendo familia, amigos y cuando han querido contratarnos hemos dado un concierto. Paramos porque hubo que parar, el rock andaluz había caído mucho y decidimos irnos por nuestra cuenta sin dejar de estar juntos. Cuando nos han hecho propuestas interesantes, como ocurrió en el 95 y en el 2009 con los 30 años, hemos vuelto. En estos años hemos hecho un montón de canciones, pero la mayoría están pendientes de salir, tendríamos para grabar dos discos.

La ‘new age’ fue una enfermedad que estropeó el panorama musical que ya había

-¿En qué estado de salud se encuentra el rock andaluz?

-Últimamente, ha habido una revitalización del rock andaluz porque ha habido un despertar de la conciencia de Andalucía. Lo bueno del rock andaluz es que es atemporal, no pasa de moda. Una canción de Triana hoy es tan fresca como cuando se grabó hace más de 40 años. Además, están saliendo grupos nuevos que son herederos de nuestra historia y que nos ven como sus padres musicales.

-¿Cómo será el concierto de Mezquita en La Axerquía?

-Haremos un repertorio de nuestros dos discos y tocaremos dos temas nuevos, Eso es vivir y Noche sin luna, basada en las Bodas de Sangre de Saura. Además, habrá una sorpresa musical que ya explicaremos allí. Hay que decirles a los cordobeses que vengan y que no tengan miedo del virus porque todo va a estar muy controlado. Estamos en Córdoba, en nuestra casa y queremos que venga mucha gente.

-¿Cómo veis el panorama musical desde el covid-19?

-Muy negro. Hasta hace unos meses, parecía encaminado, volvía a haber conciertos de rock, pero con la mascarilla y la pandemia, lo damos todo por perdido hasta que no acabe esto. Esto ha dado un palo muy fuerte a los artistas, la música necesita más apoyo.