Metrópolis (1927), de Fritz Lang, y Blade Runner (1982), de Ridley Scott, han marcado los grandes conceptos de arquitectura y diseño visual en cuanto al cine ambientado en distópicas ciudades del futuro. El año que empieza sigue perteneciéndoles de algún modo. El 10 de enero se cumplen 90 años de la presentación oficial en Berlín de la cinta de Lang, en junio será el 35 aniversario del estreno en EEUU del filme de Scott y en octubre se estrenará Blade Runner 2049, la continuación que ha realizado Denis Villeneuve con Ryan Gosling, Jared Leto, Ana de Armas y Harrison Ford, que recupera su personaje del cazador de replicantes Rick Deckard.

Metrópolis fue una auténtica superproducción, la más cara emprendida nunca por UFA, la compañía que rigió el cine mudo alemán: costó 6 millones de los antiguos marcos alemanes. Lang imaginó la que sería su urbe del futuro cuando llegó a Nueva York por mar, la noche del 4 de octubre de 1924 y vio el skyline de la ciudad. En mayo del siguiente año empezaba la filmación de lo que el director definió como «la historia de la ciudad del año 2000. Los obreros viven 10 pisos bajo tierra y el amo de la ciudad vive arriba: todo muy simbólico». A Lang, con todo, no le gustaba el discurso del filme sobre la unión de burguesía y proletariado con el fin de combatir el mal uso de la ciencia, encarnado en el mad doctor que idea un robot con forma femenina para boicotear la revuelta de los obreros. Los decorados creados por Otto Hunte, Erich Kettelhut y Karl Vollbrecht mezclan expresionismo, art deco, el toque exótico del cabaret Yoshiwara, la influencia del cristianismo en los mítines clandestinos o el estilo gótico de la catedral. La fábrica fue diseñada como escenario dantesco, con su evocación del dios Moloch y el empleo del metrónomo ayudó a marcar la cadencia agotada, hipnotizada, de los obreros que avanzan hacia sus lúgubres puestos de trabajo.

La triunfal puesta de largo de Metrópolis tuvo lugar en enero de 1927 ante 2.500 invitados. La première de Blade Runner no concitó tanta expectación, pero el éxito en taquilla fue más fulgurante que el de Lang. De ambas películas circulan varias versiones. Metrópolis debía durar 205 minutos de los que se exhibieron 170. Para la versión estadounidense se eliminaron 50 más. La versión de 1984 no llegaba a la hora y media y aún más corta resultó la versión con música electrónica de Jeff Mills del 2000. Desde 2001 circula una copia restaurada que recupera 26 minutos. Blade Runner cuenta con 4 versiones: el montaje original y el internacional de 1982, el director’s cut de 1992 y el montaje final del 2007.