Después de tres años en los que, a través de la Fundación de Artes Plásticas Rafael Botí, el arte contemporáneo cordobés se ha exhibido en ARCO, la feria más importante de este sector, la Diputación de Córdoba, de quién depende esta entidad, no participará este 2020 en esta cita, una decisión que no preocupa demasiado a los artistas de la tierra. Aunque en algunos casos este hecho se considera un «retroceso» en la visualización de la obra de los creadores cordobeses, la mayoría considera que no es una institución la que debe ocuparse de este trabajo y dan la voz de alarma ante la carencia de galerías de arte en la ciudad, que son las que deberían (si existieran) mostrar el trabajo de los artistas.

La ausencia de la Diputación de Córdoba en ARCO, que se celebrará desde el 26 de febrero al 1 de marzo, se debe a la situación que ha vivido en los últimos meses la Fundación de Botí, que desde hace meses busca gerente, según señala la responsable de Cultura de la institución provincial, Salud Navajas, que asegura que «yo no podía tomar la decisión de qué artistas irían a ARCO porque es algo que hay que reflexionar mucho, por lo que hemos considerado no participar este año debido a estas circunstancias excepcionales», aunque eso no significa, continúa la diputada, que este proyecto se abandone en años sucesivos y «tratemos de estar presentes en las ferias de arte para aprovechar todas las oportunidades que tengamos de mostrar a nuestros creadores».

De cualquier forma, los artistas cordobeses, tanto los que no participaron en estos tres último años como los que sí lo hicieron, no consideran que esto supongo un desastre. Para el pintor Pepe Puntas, que este año colgará su obra en Art Madrid con la galería de Alberto Cornejo, la ausencia en ARCO de la Fundación Botí «era previsible» porque esta feria está hecha, sobre todo, para galerías privadas y no para instituciones. «No tiene más importancia», dice el pintor, que reconoce que le gustaría «que algún artista cordobés tuviera presencia» en esta cita.

«VARIAR EL REPERTORIO» // «Las galerías tienen sus autores de cabecera y a la hora de ir a una feria de este tipo eligen a cuatro o cinco», dice Puntas, que recuerda que con la desaparecida galería Carmen del Campo él ha tenido presencia en ARCO varias veces. «Me parece bien que la Diputación se colara en la feria y me gustaría que continuara, sea quien sea quien represente a Córdoba, aunque sería bueno que variara el repertorio de artistas», dice, insistiendo en que «hay que tener en cuenta que esta cita no se creó para instituciones». La carencia de galerías en Córdoba, a su juicio, «está perjudicando la visualización del arte contemporáneo cordobés» y hace que «el nivel baje y el arte en Córdoba esté triste y desolado». «Es una pena, hace unos años teníamos seis o siete galerías que se movían bastante», lamenta Puntas, que reconoce que «mantener una galería es dificilísimo porque no se compra arte, lo que antes sí sucedía».

Por su parte, el pintor José Luis Muñoz considera «interesante» que la Diputación haya participado en ARCO, porque «es un escaparate muy importante, pero no el único», y recrimina que «siempre se ha llevado a los mismos artistas, un circuito de autores que estaban al amparo de la Fundación Botí, y eso es muy sectario». Muñoz no cree que el arte contemporáneo cordobés dé un paso atrás ante la ausencia de su presencia en la feria. «No creo que sea fundamental porque lo importante es que la Diputación abra sus recursos a todas las tendencias del arte que se hace en Córdoba», dice. «Estamos hablando de dinero público y se está dando la espalda a muchos creadores que triunfan fuera de Córdoba», asegura el pintor, que cree que también suma el hecho de que en Córdoba no haya galerías de arte.

Francisco Escalera considera que la ausencia de la Diputación en la cita artística es «coyuntural» e, igual que Puntas y Muñoz, opina que «hay un montón de artistas que estamos en trabajando en Córdoba y durante estos años han ido siempre los mismos». «No tener la presencia del arte cordobés en ARCO es negativo para nuestra ciudad», continúa el artista, que insiste en que no se ha mostrado el abanico de este sector en la ciudad y «las instituciones son entes públicos al servicio de los ciudadanos y nos deben dar esa base para que tengamos visbilidad». De hecho, la primera exposición del colectivo Córdoba Contemporánea, que ahora luce en la sala Vimcorsa, «la tuvimos que hacer en Nuremberg» porque entonces «no se nos dio la oportunidad». Uno de los primeros artistas que sí mostraron sus obras en ARCO de la mano de la Fundación Botí fue Jacinto Lara, que cree que «la presencia de artistas de Córdoba auspiciada por la ciudad correspondía a unas ganas de visualización de esos creadores, y eso es interesante», por lo que, de alguna manera, la ausencia de este año es un «retroceso». Lara también muestra su pesar por la carencia de galerías comerciales en Córdoba, porque «no estoy de acuerdo en que las instituciones tengan que promocionar a los artistas, entre otras cosas porque el arte es un producto que se vende, se mueve, y eso lo tienen que hacer los profesionales».

Por último, Beatriz Sánchez, que participó en el 2019 en la feria con la Diputación se muestra muy crítica: «Creo que todo el dinero que se gasta en ir a ARCO se puede invertir en ayuda a la producción de los artistas, lo veo más útil», ya que es un espacio «para las galerías y no para las instituciones», con las que «no puedes vender», aunque tampoco confía en eso, ya que actualmente «no se compra arte», así que quizá «habría que pensar en otro tipo de formato». Sea como sea, los cordobeses pueden valorar ahora el trabajo de sus artistas en varias exposiciones en la ciudad y juzgar si el arte hecho en Córdoba merece estar en citas como ARCO y el apoyo de las instituciones.