Los intérpretes cordobeses Juan Carlos Villanueva y Marisol Membrillo estrenarán los próximos días 26 y 27 de marzo, en el Teatro Góngora, la obra Muerto en el acto, bajo el paraguas de la productora cordobesa Desatino Producciones, que ya produjo la función La pensión de los artistas con los mismos protagonistas hace dos años. En mitad de una representación teatral aparece muerto el protagonista. A partir de ese momento todos los actores de la compañía, junto con el público presente en el teatro, serán sospechosos de asesinato. El inspector Mercadal y su ayudante tratarán de descubrir al culpable siguiendo la reconstrucción de los hechos entre una sucesión de escenas que , según señala Villanueva, «da un carácter muy cinematográfico a esta función», que se vale de recursos audiovisuales que aportan imágenes «esclarecedoras» a la trama.

En definitiva, una investigación policial dentro de una función de teatro con la que los autores del texto, Jaime Pujol y Diego Braguinsky, han querido rendir homenaje a los grandes dramaturgos españoles de la posguerra, como Arniches, Muñoz Seca o Jardiel Poncela, y a su manera de hacer teatro con «ese humor blanco que tenía un punto de absurdo muy interesante y unos diálogos chispeantes y muy rítmicos». «Es una obra colorista, muy divertida y participativa que pretende hacer que el público pase un buen rato», continúa el actor y dramaturgo.

«La gente necesita un poco de risa», señala Marisol Membrillo, que explica que «cuando pensamos en este proyecto, decidimos que en el momento en el que estamos había que hacer que el público se divirtiera, que buena falta hace». Por otro lado, poner en escena una nueva obra «con los tiempos que corren» es un acto de «valentía», continúa la actriz, que considera que «no debemos rendirnos ante la adversidad y hay que continuar en activo, reciclándose», además de confiar en que «el proyecto va a ir bien». En este sentido, Villanueva reconoce que «los actores no podemos vivir sin el escenario y si no existiera estaríamos poco menos que muertos», por lo que, a pesar de las circunstancias, «nos tenemos que liar la manta a la cabeza para sortear esta pandemia» porque «el trabajo de los actores es alimentar el alma».

«Sabemos que nos la jugamos, pero vamos a pensar que todo va ir bien», dice con esperanza el actor. De la misma forma se manifiesta Fernando Ortiz, responsable de Desatino Producciones, que reconoce que disfrutó mucho con La pensión de los artistas y ahora se ha lanzado a esta producción porque «me gustó mucho el guion y confío en estos actores». «Nos estamos divirtiendo mucho con el montaje, en el que hasta hago un pequeño papel», confiesa Ortiz.

Una vez estrenada en Córdoba, la obra pretende llegar a otros escenarios, empezando por la Feria de Teatro de Palma del Río, a cuya selección se va a presentar Muerto en el acto, así como a otros festivales, porque «el espectáculo lo merece y la gente lo va a agradecer», indica Membrillo.

Alejandro Villanueva acompaña en el escenario a los dos actores en esta producción y se muestra «encantado» de trabajar en esta función junto a «dos grandes intérpretes de los que estoy aprendiendo mucho». Siempre relacionado con las artes escénicas de forma aficionada hasta que decidió estudiar Arte Dramático, este joven actor ha hecho varios musicales y algún papel en una serie de televisión.

La historia se sitúa en los años 70, que el texto reinterpreta de forma «colorista y divertida» con una escenografía «muy simple» que ha creado Miguel Ángel Ramos a partir de un decorado base que incluye una pantalla a distintas alturas y con movilidad, haciendo que el audiovisual forme parte de la función. Muerto en el acto también cuenta con la música original del compositor cordobés Miguel Linares.