El cine de verano de la Plaza de Toros abrió en el año 2000 y, desde entonces, destaca por ser «el más familiar», según señala Javier Gómez, director de esta sociedad, ya que «la gran amplitud de la explanada atrae a las familias para que sus hijos jueguen y corran». Además, es «uno de los más frescos, con 2ºC menos de diferencia respecto a la calle», afirma un espectador.

Javier Gómez reconoce que «el bar es el gran negocio que mantiene rentable al cine de verano en la ciudad». En concreto, en este cine destacan las palomitas de maíz, que recuerdan a la esencia del cine tal y como hoy lo conocemos, porque «en ningún otro cine de verano de la ciudad se comercializan como aquí», comenta Rafael Gómez, vinculado a este cine desde su apertura.