Manuel Barrueco presentó en Córdoba obras de compositores españoles de diferentes épocas, si bien no suele faltar algo de J. S. Bach en sus programas.

Dos obras bien distintas y distantes en el tiempo, pero relacionadas, sirven de inicio y fin a la primera parte. Con un sonido homogéneo y equilibrado se suceden las Seis pavanas de Luis de Milán, extraídas del Libro de Vihuela del siglo XVI El Maestro. La última de las pavanas se nos quedará en el recuerdo, ya que servirá de tema para la obra de Joaquín Nin, Seis variaciones sobre un tema de Luis Milán, en la que se desgrana el tema en cada variación, con un tratamiento escolástico pero con trabajo rítmico y armónico del siglo XX.

Entre estas obras relacionadas, aparece la Sonata en Sol menor BWV 1001 de J. S. Bach. Original para violín, en transcripción de Barrueco. Varios son los movimientos. Tras el adagio inicial, al que añade algunos adornos, en la fuga hace un alarde de tempo riguroso y claridad en las distintas voces. La siciliana, más pausada, nos prepara para el presto final, con momentos vertiginosos.

En la segunda parte vuelve a la senda de la música española. De Fernando Sor, compositor del siglo XIX, dos piezas con diferente carácter. La Sonata op. 15(b) es una obra en un solo movimiento, con motivos y estilo que a algunos autores recuerda a la obertura de ópera italiana.

La otra obra de Sor es Introducción y variaciones sobre el tema de Malbroug, op. 28. Sobre el conocido tema va desarrollando las variaciones, con distintos recursos de la época en manos de Barrueco: escalas, octavas, pasajes líricos, armónicos… El concierto terminó enlazando dos compositores del nacionalismo español. A la Andaluza de Enrique Granados le siguen Cádiz y Asturias de la Suite Española de Isaac Albéniz, obras que lograron el aplauso del público, que le hizo salir en tres ocasiones con la guitarra en las manos, para ofrecernos fuera de programa un Vals de Lauro, un estudio de Sor y El Testamento de Amelia de Llobet.