Aquellos que no comulguen con la noción de santidad de los próximos días de asueto encontrarán solaz en Lou Reed. Una vida, más que una biografía, el reportaje definitivo sobre el ángel negro de Nueva York a partir de la mirada desprejuiciada del periodista Anthony DeCurtis. Publicado originalmente en 2017, recientemente ha llegado a las librerías españolas la primera edición en castellano de esta obra que la malencarada estrella probablemente no habría querido que viese la luz, pero que lleva la firma del, quizás, único cronista musical que logró llevarse bien con él.

«Soy consciente de que le era útil. Escribí bien y elogiosamente de él. Lou siempre se consideró un escritor y que yo tuviera un doctorado en Literatura estadounidense, escribiera para Rolling Stone y enseñara para un prestigioso colegio significaba mucho para él», reflexiona el autor en la introducción.

ADMIRACIÓN // Allí reconoce su admiración por Reed («nadie ejerció una influencia tan grande en la música popular como él», escribe), incluidas sus «contradicciones», que quedaron en evidencia en las múltiples entrevistas que compartieron desde que ambos se conocieron accidentalmente en 1995, atrapados en el aeropuerto de Cleveland.

Pese a su buena relación, «este libro no describe a Lou todo el tiempo como él quería verse a sí mismo», admite DeCurtis, quien aborda asuntos como su controvertida vida sexual, el consumo de drogas o su crueldad bajo la misma premisa con la que Hamlet, personaje fetiche de Reed, se refiere al espectro acosador de su padre: «Él era un hombre, tomadlo por lo que era. No volveré a verlo nunca de la misma forma». Lou Reed. Una vida (Libros Cúpula) arranca con el nacimiento de su protagonista en Brooklyn un 2 de marzo de 1942, bautizado con el nombre de su abuelo materno, Lewis Allan Reed, en el seno de una familia judía originalmente apellidada Rabinowitz.

Como miembro de The Velvet Underground, que confundó en 1964 junto a John Cale, Sterling Morrison y Maureen Tucker, con Andy Warhol como mánager, nunca conoció el éxito, pero su legado sigue siendo considerado uno de los más influyentes de la historia del rock con discos como el seminal The Velvet Underground and Nico (1967). Durante su etapa en solitario, que comenzó en 1970, fue reconocido como el «cronista de las miserias de la gran ciudad» con discos como Transformer (1972) y Berlín (1973) y canciones como Sweet Jane, Heroin o Walk on the wild side, considerada por Rolling Stone como una de las 500 mejores de la historia.

Tras su fallecimiento en el 2013, Lou Reed se convirtió en la primera gran pérdida de la era musical pop y para el periodista eso hacía inexcusable el asumir la redacción de esta obra que, según sus palabras, busca profundizar en su vida para entender su obra.