El vínculo de Cohen con España nació en su juventud, cuando descubrió la poesía de Federico García Lorca, y se expresó más tarde sobre el terreno en sus numerosas visitas para ofrecer conciertos. El cantautor, que le puso a su hija, nacida en 1974, el nombre de Lorca, ofreció 31 recitales en este país, los últimos 12 de ellos arropado por una banda que incluía al multinstrumentista aragonés Javier Mas.

Desde que, siendo un estudiante, leyó el libro de poemas ‘Diván del Tamarit’, alrededor de los grandes temas, el amor y la muerte, Cohen se manifestó sacudido por autor granadino. Su otra pasión española era musical. “Mi guitarra ha llegado a casa”, anunció en su recital en el Palau, debut en Barcelona, el 12 de octubre de 1974. Dedicó aquel concierto al poeta, de quien, en una entrevista a Constantino Romero en ‘Vibraciones’, dijo que había cambiado su forma de ser y de pensar. “Sus libros me enseñaron que la poesía podía ser pura y profunda a la vez que popular”, destacó. Y elogió el flamenco y ‘jondo’, “el cante profundo de un pueblo que ha sabido poner al artista en una posición digna”.

DEBUT CON CENSURA

Aquella primera visita, con tres conciertos (dos en el Palau y uno en el teatro Monumental, de Madrid) se encuadró en la gira de su cuarto álbum, ‘New skin for the old ceremony’, cuya portada fue retocada por la censura, con un ala postiza que cubría las partes íntimas de dos ángeles abrazados. No volvió hasta 1980, cuando repitió en Barcelona (Palau Blaugrana 2) y debutó en San Sebastián con ‘Recent songs’. El ‘tour’ de ‘Various positions’, en 1985, en cambio, esquivó Catalunya y recaló en Bilbao, Madrid, San Sebastián y Zaragoza.

Con ‘I’m your man’ (1988) regresó crecido, luciendo aspecto de maduro seductor, con aspecto de clásico, y aumentando su presencia: además de Barcelona y Madrid, se le pudo ver en San Sebastián, Palma, Sevilla, Almería, Huesca y Bilbao. Tiempo de divulgación de su sintonía lorquiana: su ya popular ‘Take this waltz’, basado en el ‘Pequeño vals vienés’, había sido grabada originalmente en una antología cocinada en España, ‘Poetas en Nueva York’, junto a adaptaciones de variado y noble espectro (de Moustaki con Mikis Theodorakis a Lluís Llach) y con un texto de contraportada de Ian Gibson. Y en 1993, nuevos recitales en Barcelona y Madrid para presentar el apocalíptico ‘The future’,antes del retiro zen.

TIEMPO DE HOMENAJES

Pero varias cosas importantes pasaron en los 15 años que Cohen permaneció fuera la escena. Primero, sus canciones fueron una de las fuentes inspiradoras de ‘Omega’ (1995), el capital encuentro de Enrique Morente con el rock de Lagartija Nick en torno al universo de ‘Poeta en Nueva York’.

Enrique Morente (izquierda) y Leonard Cohen, en 1992.

Y más adelante, entre el 2006 y el 2007, su traductor y biógrafo Alberto Manzano montó una gira de homenaje en su honor,‘Acordes con Leonard Cohen’, en la que se enrolaron destacados nombres de aquí y allá, de Gerard Quintana y Duquende a Jackson Browne y John Cale, pasando por Aute, Elliott Murphy, Christina Rosenvinge, Toti Soler, Jabier Muguruza… Las grabaciones llegaron a manos de Cohen, que prestó atención muy particularmente en las guitarras, el archilaúd y la bandurria de Javier Mas.

ADIÓS POR ETAPAS

En su gira de regreso hubo muchas oportunidades de verle: en el 2008, un breve recital en el FIB, de Benicàssim, y al año siguiente,León, Palma, Vigo, Cap Roig, Madrid, Granada, Zaragoza, Bilbao y, tras una dolorosa suspensión sobrevenida en Valencia (se desmayó por indigestión tras cantar tres piezas), como fin del periplo, un Palau Sant Jordi emocionado en la noche de su 75º cumpleaños. La cola de la gira, en el 2010, le llevó a Orense, y en el 2012, la campaña de ‘Old ideas’ le trajo de vuelta, por última vez, a Barcelona y Madrid.

Cohen ya era entonces ilustre galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Letras (2011). “Todo lo que ustedes han encontrado de bueno en mis canciones y en mi poesía está inspirado por esta tierra”, aseguró al recibir el galardón en Oviedo, rubricando una relación que venía de lejos.