Seres extraños, extraños seres es el último libro del escritor cordobés Fernando Molero, en el que reúne nueve relatos donde los protagonistas son personajes reales a cuyas historias, algunas de ellas encontradas en la prensa, imprime un toque de ficción. Así, por este décimo volumen de narrativa y sexto de relato corto de este autor, en el que vuelve a colarse el cine, desfilan figuras como hermanos siameses, la mujer barbuda, el pintor Oskar Kokoschka, Franz Kafka y hasta el mismísimo Bin Laden. Hoy, a las 19.30 horas, en la librería La República de las Letras, Molero dará a conocer su nueva creación.

-¿Con qué se va encontrar el lector en este nuevo libro?

-Seres extraños, extraños seres encierra nueve cuentos, cuyos personajes tienen un sustrato real, aunque también hay algunos inventados que sirven para conformar el relato, porque, a veces, la historia puede perder interés si no se le añade un poco de imaginación. Creo que la realidad, a fin de cuentas, no deja de ser una interpretación que hacemos los seres humanos y, por tanto, incluso la realidad es una ficción.

-Parece un juego.

-Sí. Lo que pretendía hacer con este libro es un juego entre qué es realidad y qué es ficción, porque todas las historias son reales, pero en todas ellas hay ficción.

-¿Quiénes son esos personajes reales en los que vuelca su ficción?

-Hay una primera parte en la que todos ellos pertenecen al mundo del circo, de las antiguas barracas de feria, en las que se exhibía a la mujer barbuda, al hombre elefante, a los siameses… Y el primer texto se basa en la historia de los siameses Chang y Eng, un relato prácticamente real en su totalidad.

-¿Qué cuenta sobre la mujer barbuda? ¿Qué le llamó la atención de ese personaje?

-Hay una película mítica, La parada de los monstruos, en la que salen todos estos personajes. La historia de esta mujer, que se llamaba lady Olga Roderick y aparecía en este filme, me impactó porque su madre la vendió a un circo en contra de su padre, que se dedicó a buscarla, encontrándola en un hospital en Berlín. Finalmente, la mujer añoraba esa vida errante y volvió al circo.

-Parece que el cine sigue estando muy presente en su obra.

-Así es. En el tercer cuento vuelve a aparecer esta película, y en algunos otros textos también se ha colado el cine. En algunas ocasiones aparecen sus nombres, mientras que en otras son escenas míticas del cine, como la felicitación de cumpleaños de Marilyn Monroe al presidente Kennedy.

-¿Por qué ha elegido a estos personajes?

-En la segunda parte, los personajes salen del mundo del circo, pero sus peculiaridades los hacen también extraños. Por ejemplo, hay un cuento dedicado a Kafka y otro al pintor Oskar Kokoschka, un hombre muy enamorado de la viuda del compositor Gustav Mahler que encargó hacer una muñeca a imagen real de esta mujer. Y también hay otro relato en el que el protagonista es Bin Laden, aunque aquí juego más con la ficción a raíz de la noticia de que en uno de los ordenadores requisados tras su muerte había material pornográfico.

-¿Cómo ha llegado a ellos y a esas historias?

-Las mejores historias las hallo siempre en la prensa. Como la de la pintora Elaine de Kooning, a la que le encargaron un retrato de Kennedy.