Lagartija Nick sigue el rastro de los desastres de la guerra en su nuevo disco, Los cielos cabizbajos, un trabajo de tiros largos y sonoridad severa, con rock, orquesta y coro, y canciones con títulos de enclaves martirizados: Hiroshima, Sarajevo, Gernika... Una manera de exorcizar nuestro consumo diario de tragedia transformada en entretenimiento. «Las caras destrozadas y los brazos partidos forman parte de nuestro ocio en las redes. ¡El Guernica nunca había sido tan real como ahora!», sostiene Antonio Arias, cantante, bajista y líder histórico de la banda granadina, comprometido con la misión de «sacar la tragedia del mundo del espectáculo y devolverla a él diciéndole al oyente ‘diviértete, pero con un mensaje’».

Este es también el desenlace de otra guerra, la de su hermano Jesús Arias (1963-2015), el que fuera timonel de los grupos TNT y Quasar, con un material poético que, estima Antonio, no llegó a cristalizar en un álbum porque falló en su búsqueda de complicidades. Los cielos cabizbajos ve así ahora la luz partiendo de sus notas, sus partituras y sus maquetas, y con aportaciones de Lagartija Nick. «Jesús tuvo muy buenos amigos pero muy malos compañeros de viaje, que no pudieron comprender lo que estaba haciendo porque querían hacer un rock estándar del que él quería salir», considera Antonio. Al no estar ya Jesús con nosotros, el grupo se ha visto con las manos libres para terminar la obra a su manera. «Hemos atendido a lo que él quería, pero si hubiera estado vivo habríamos tenido que hacerlo con él y habría sido más complicado».

Hablamos de una grabación de 59 minutos en la que, atendiendo a textos originales «que no son letras de canciones, sino poesía», recorremos escenarios de dolor a través de escenas conmovedoras: la madre que ha perdido a su hija en Somalia o los amantes de Sarajevo. «Quisimos desarrollar la gestión de la emoción, salir del llanto para que fuera una experiencia artística que tocara el corazón», apunta el guitarrista Juan Codorniu. En el subtexto del álbum, ¿flota el mensaje de que la inteligencia no tiene porque conducir al bien? Antonio Arias asiente. «En la segunda guerra mundial hubo un grado de sofisticación técnica que solo se consigue en un estadio muy avanzado de sofisticación, pero se utilizó para deshumanizar».

Fuera quedó abundante material que quizá llegue a alimentar una segunda parte. Canciones con presencia de flamenco y la colaboración de Estrella Morente. «Jesús quería meter cante flamenco en el disco, y haikus. Son piezas que ahora no han encajado. Había necesidad de acotar. Si no, nos desbordaba por todos lados», argumenta Codorniu. «Pero como el disco va a ser un bombazo, seguro que lo ampliaremos», bromea Antonio Arias.