El Cabildo Catedral presentó ayer, por segundo año consecutivo, la iniciativa cultural del Foro Osio Auto Sacramental de la Strella de la Luz en las naves de Almanzor de la Mezquita-Catedral, con una gran afluencia de público ávido por presenciar esta representación en vísperas de la Epifanía. La puesta en escena del espectáculo corrió a cargo de Comité Sonido y La Vidriera Teatro, bajo la dirección y dramaturgia de Vicente Úbeda e iluminación y dirección técnica de Juan Antonio Peláez. El Auto Sacramental de la Strella de la Luz es una unión perfecta entre música y teatro para narrar el nacimiento de Jesús y la llegada de los Reyes Magos a Belén, siempre con la constante presencia del Ángel de la Luz. Todo ello a través de una selección de textos de gran trascendencia.

Estos textos son La Anunciación de San Sofronio, Canto de la Sibila, que en esta ocasión es el de Córdoba, el Auto de los Reyes Magos, obra anónima del siglo XII, el texto siríaco del Poema de María y los Magos, las Cantigas en loor de la Virgen de El Libro del Buen Amor y la cantiga 565 del Cancionero de Baena. El espacio musical corrió a cargo de la orquesta y el coro de la Catedral, bajo la magnífica dirección de Clemente Mata, que hicieron vibrar al público con la Cantata 172 de J. S. Bach o el Aleluya del Mesías de Haendel.

Una espléndida Concepción Martos como soprano solista interpretó el Canto de la Sibila, que en esta ocasión no fue el de Toledo, sino el texto más antiguo que se conoce de esta composición: un manuscrito visigodo del año 960 que se conserva en la Catedral de Córdoba, con transcripción musical del padre José López Calo y editada por Luis Pedro Bedmar. En cuanto a la puesta en escena, en esta edición se ha incorporado la Anunciación a María para iniciar el auto. Los tres Magos (José Márquez, Gonzalo Cortés y Adrián Villén), acompañados por la presencia de la Strella de Luz (Carmen G. Rey) llegan a Belén para adorar y llevar unos presentes al niño recién nacido. Después de visitar a Herodes (Rafael Serena), éste monta en cólera, que descarga sobre su fiel rabino (José Ruiz Popi).

En su seguimiento de la estrella, los Magos llegan al portal, donde mantienen un diálogo con la Virgen María (Mamen Rey) y José (Ángel Santisteban), su esposo. Van precedidos de una procesión a la que presta su colaboración el Seminario Diocesano Redentoris Mater, que aporta el cuerpo de acólitos. Un espectáculo de alto nivel de interpretación, tanto por parte de los actores como por la música, que pone un contrapunto perfecto.