Todo un emblema de aquella Movida de los años 80 y del pop español de los 90 al frente de Gabinete Galigary, Urrutia también se ha hecho valer como escritor, locutor... Ayer hizo valer la afición al toro, que marcó aquel estilo de Gabinete, cerrando junto a Antonio Lucas (El Mundo) y Carlos Marzal (fundador de la revista Quites) el ciclo Manolete Sound & Word, en un nuevo tributo en el centenario del legendario diestro.

-Resúmame su participación en el coloquio en la Sala Orive.

-Tampoco soy un especialista en Manolete. Pero me gusta los toros, soy aficionado, Gabinete era un grupo que hacía gala de ello... y mi padre fue crítico taurino del periódico Madrid y escritor. Dedicó un libro a Manolete. Ya le digo que no soy experto pero en mi casa se vivía como algo presente a Manolete. Los toros se vivían como el fútbol de ahora, con esa misma pasión, y aún se hablaba de Manolete y de José Luis Vázquez, por ejemplo. Ya con el tiempo, descubrí la tremenda personalidad que tenía Manolete.

-Si lo hubiera conocido, ¿hubiera sido de Manolete en su infancia?

-Creo que sí. Mi padre o mi abuelo lo eran. Mi madre me hablaba de él... Lástima que muriera tan joven, pero hoy se ve que muchos han aprendido de él. José Tomás, Alejandro Talavante... Lo modernos se han tenido que fijar mucho en él.

-Hablemos de música. Usted lideró un grupo con un sello inimitable ¿No le parece que antes había sitio para grupos muy distintos y hoy en día la música se está ‘uniformando’?

-Puede ser... Yo la música la estoy siguiendo con cierta lejanía. En casa del herrero, cuchillo de palo, En los 80 y 90 hubo un movimiento musical acojonante. Había miles de grupos de los que quizá solo 50 eran buenos. Pero eran muy buenos. los tiempos cambian. Yo particularmente he perdido esa emoción que notaba. Salías en un programa de televisión, cuando solo había dos cadenas, y te veía todo el mundo. Ahora... Bueno, ahora de entrada no hay programas de música, tienes que ir a canales especializados. En fin los tiempos cambian.

-Pues ahora que me fijo en su respuesta... también podría aplicarse esa crítica en parte al actual mundo de los toros, ¿no?

-Pues sí (sonríe marcando la ironía)... La verdad es que sí. Los toros están pasando su peor crisis desde hace muchísimos años. Pero la solución está en manos de los taurinos. Hay que ir a la plaza. Aunque también es cierto que se ve dejadez, los toros son pequeños, hay un antitaurinismo cada vez más radical... Tengo amigos taurinos en Barcelona que viven su afición... ¿cómo decirlo? Como si fuera un pecado.

-Y en Córdoba, para que repunte la afición, ¿que puede hacerse?

-Que salgan grandísimos toreros, muchos más. Que haya toros serios, no vaquitas arregladas. La afición necesita que el espectáculo sea de verdad, que emocione. Afortunadamente siempre habrá chavalotes con ilusión. Lo que pasa es que antes había una cosa: el hambre, la pobreza...

-Compuso a Juan Belmonte, cantó a la Fiesta, a la torería en la vida y con las damas... ¿Haría una canción a Manolete?

-Por supuesto que sí. Se lo juro. Manolete es un tío que me interesa muchísimo, y también a nivel humano: se enfrentó a todos e incluso al Régimen por su relación con Lupe Sino. Era un tío culto, que sabía con quién se juntaba. Sí, sí, sí... Me lo estoy pensando.