Con solo cinco años, Sergio Pablos ya tenía claro que quería dedicarse a la animación y trabajar en Disney. Y lo consiguió. Estudió en Estados Unidos y participó en películas como El jorobado de Notre Dame (1996) o Hércules (1997) hasta que fundó SPA Studios, su propia compañía a través de la que siguió trabajando para Universal, Warner o Blue Sky. Uno de sus personajes llegó a convertirse en el megaéxito Gru: Mi villano favorito, pero todavía le quedaba un reto por conseguir: dirigir su propia película de animación.

Lo ha logrado gracias a Klaus, una producción de espíritu clásico y trazo minucioso coproducida por A3Media y distribuida por Netflix, cuyo resultado ha sido apoteósico: nominaciones a los Premios Annie (los más importantes dentro de la industria), a los BAFTA, a los Goya y, como guinda final, a los Oscar. Es la segunda película española que lo consigue después de Chico y Rita, de Fernando Trueba en 2011.

Estamos muy contentos porque los miembros de la Academia están apostando por una mayor diversidad, cuenta Pablos junto a la productora de la película Marisa Román a EL PERIÓDICO. Hay más estilos, más nacionalidades, una mezcla entre franquicias y contenidos originales muy estimulante.

Klaus competirá el próximo 9 de febrero en los Oscar junto a Cómo entrenar a tu dragón 3 (DreamWorks Animation), Toy Story 4 (Disney / Pixar), Mr. Link. El origen perdido (Laika Entertainment), que dio la sorpresa al ganar el Globo de Oro, y la francesa de animación más adulta e indie ¿Dónde está mi cuerpo?. Han leído bien, entre las nominadas no se encuentra Frozen 2: el paisaje nevado de Klaus ha podido con el reino de hielo de Olaf y Elsa.

La película nos adentra en el espíritu navideño y el mito de Santa Claus, pero desde una perspectiva diferente, la de un cartero destinado a una ciudad del Círculo Polar Ártico que entabla amistad con un ermitaño que comienza a repartir juguetes a los niños del lugar, generando a su alrededor toda una mitología que es la que ha llegado hasta nuestros días.

Quería hacer algo que formara parte de ese pequeño elenco de películas navideñas clásicas, de esas que todo el mundo quiere recuperar cada año. Y para eso tenía que buscar un ángulo diferente, no caer en los tópicos. Se me ocurrió hacer una historia más humana donde la magia tuviera un protagonismo menor, donde pudiéramos incluir todas las tradiciones de Santa Claus desde un punto de vista más cómico, cuenta Sergio Pablos

En Klaus, Pablos ha apostado por el retorno a la animación tradicional, dibujada a mano, pero como nos cuenta, no limitándose únicamente a eso, también había que innovar de alguna manera, buscar nuevas ideas que no se circunscribieran al Disney clásico, buscando la mezcla perfecta entre tecnología y arte.

INDUSTRIA ESPAÑOLA DE LA ANIMACIÓN

Ha sido un trabajo de muchos años. Comenzaron a idear el proyecto en 2010, Atresmedia entró en 2014 y Netflix en 2017. La distribución de la plataforma ha sido fundamental para su reconocimiento internacional. El hecho de que haya conseguido una nominación a los Oscar hace pensar que la Academia está abierta a Netflix. Luego ya veremos qué pasa, pero no creo que haya un complot contra el 'streaming'.

Sergio Pablos cree que España está atravesando un buen momento en el terreno de la animación. Buñuel en el laberinto de las tortugas, de Salvador Simó, también ha tenido una gran repercusión internacional. Poco a poco vamos consiguiendo hitos. Evidentemente somos un país pequeño si lo comparamos con el nivel de los grandes estudios de California, pero se están haciendo propuestas muy interesantes, vamos creciendo, generando industria, continúa.

Mucho talento español ha estado trabajando durante años en el extranjero y Pablos cree que, al igual que le ha pasado a él, se puede volver a España y poner en práctica todo lo que se ha aprendido, o directamente hacerlo desde aquí e igual de bien.