Películas sobre muñecos rotos de la industria del espectáculo podríamos encontrarlas fácilmente; por ejemplos, que no quede: El Gordo y el Flaco (Stan and Ollie), Rocketman, Bohemian Rhapsody, La vie en rose, En la cuerda floja, Bird... Y podríamos continuar y continuar, ya que los últimos días de figuras de la escena o la música han sido llevadas al celuloide con mayor o menor acierto, aunque casi siempre tocando el corazoncito del espectador y de los académicos a la hora de premiar interpretaciones de seres desgraciados en la intimidad y gloriosos en lo público.

La narración suele ser casi siempre deudora del mismo esquema: un relato en presente durante el ocaso de la estrella en cuestión y constantes regresos al pasado donde iremos conociendo las vicisitudes de la vida del hagiografiado. Así suelen escribirse los guiones de cada uno de estos filmes, que ya constituyen un género, el del biopic musical sobre grandes estrellas con final poco feliz.

Y una nueva producción se suma al catálogo, basada en la obra de teatro musical End of the Rainbow, de Peter Quilter, concretamente sobre la actriz y cantante Judy Garland, genialmente interpretada por Renée Zellweger (completamente caracterizada y transformada con respecto a sus trabajos anteriores -que nadie espere ver a la chica de Bridget Jones- y consigue que nos olvidemos de la actriz para solo ver al personaje, incluso es ella quien canta de maravilla cada uno de los temas musicales) con bastantes papeletas para conseguir el preciado Oscar.

En una situación desesperada, consumida por las pastillas que desde pequeña le imponían los estudios para protagonizar películas como El mago de Oz y en baja forma por el consumo desmesurado de alcohol, con una angustia descomunal, decide ofrecer una serie de conciertos en Londres para poder salvar su arruinada situación económica y volver a reunirse con sus pequeños.

Sin embargo, asistiremos a su lucha con la vida para volver a triunfar en el escenario en sus últimos días, recorriendo con constantes flash-backs su desventurado y triste pasado, a pesar de la gloria y de la fama.