A punto de cumplir 71 años, José Luis Cuerda vuelve estas navidades a los cines españoles con Tiempo después, una película heredera de la mítica Amanece que no es poco (1989) que se estrena el día 28, que el manchego considera «lo mejor que ha hecho en su vida», «hablando de cine». Aunque antes de comentar la película, lo primero que puntualiza el director es que «el surrealismo en cine no puede existir» porque «es lo automático, lo sin cálculo ni medida, y eso en cine no puede ser». «Hay que saber dónde va la cámara, con qué objetivo, a qué distancia, si está picada o contrapicada; vamos a olvidarnos del surrealismo en cine porque ni Buñuel, es decir, nadie. Nadie puede trabajar con ese material», señala, docente, con paciencia.

Ganador de cuatro goyas, dos como guionista de sus propias películas (Los girasoles ciegos, 2008, y La educación de las hadas, 2006) y otros dos como productor de Alejandro Amenábar (Tesis, en 1996, y Los otros, en 2001), hacía seis años que Cuerda no rodaba un largometraje. De hecho, en el 2015 se decidió a imprimir como novela el guion de Tiempo después, que escribió dos años después de estrenar Así en el cielo como en la tierra (1995), porque no encontraba modo de producirla. Convencido de que necesitaría el respaldo de una televisión, el cineasta casi se dio por vencido.

En estas estaba cuando un grupo de «instigadores», cómicos y devotos de Cuerda (que se pusieron hasta nombre, La turba: Andreu Buenafuente, Berto Romero y Edu Galán, entre ellos) decidieron que ese guion tenía que rodarse, según explicó Arturo Valls, que tiene un pequeño papel.