Guarda silencio cuando le preguntan qué quiere expresar con sus esculturas, porque su verdadera pretensión es que cada una de ellas hable con el espectador de forma diferente, algo que se puede hacer en muy distintos puntos de la ciudad, ya que sus piezas pueblan rincones como, por ejemplo, el Jardín Botánico. Aunque la generosidad del villaduqueño José Luis Checa, que también trabaja la pintura y la poesía, le llevó a crear la pieza Tintas para la vida, expuesta en la entrada de la delegación territorial de Salud de la Junta, como contribución a la labor de promoción de la donación de órganos, y actualmente sus últimas obras pueden admirase en la librería La República de las Letras.

-¿Cómo definiría su escultura?

-Es complicado. Yo lo que intento hacer es dar movimiento a obras creadas con un material tan fuerte y duro como el hierro, y hacer de esta materia algo más volátil.

-Pero, además del hierro, emplea otra serie de materiales.

-Así es. Según la escultura que vaya a hacer, puedo meter piedra o porcelana hecha a mano. Lo que a mí me gusta es combinar todos los materiales para crear una única pieza que hable por sí sola. Ese es mi objetivo.

-Da la sensación de que parece un minero indagando en materiales profundos. ¿Busca la profundidad del ser humano?

--Para mí, el arte tiene que ser belleza. Yo no busco decir algo en especial, quiero que la pieza hable por sí sola y a cada uno le diga lo que le tenga que decir. Muchas veces, las obras no tienen por qué ser un solo pensamiento. Cada persona la mira de forma diferente y capta de ella algo distinto a los demás. No es lo mismo cuando te piden una obra determinada, ahí sí tienes que trabajar con ciertos pensamientos, ideas, y la forma de trabajo es más limitada.

-¿Qué tiene que ver su tierra con su producción artística?

--Mucho. Yo soy muy de mi pueblo, de mi tierra, y todas mis piezas llevan algo de ella. Siempre he estado enamorado de las Minas del Soldado.

-¿Se sintió influido por la obra de su paisano Aurelio Teno?

-A Aurelio Teno lo conocí muy tarde, y él también era muy de trabajar con los materiales de la tierra, pero nunca me he sentido influido por él. Lo mío siempre ha sido espontáneo. Lo admiraba, era amigo mío y uno de los mejores artistas.

-Es un usted un escultor libre, pero también recibe muchos encargos. ¿Hace una selección?

--Yo escojo solo lo que me apetece hacer.

-Usted también es enfermero. No debes ser fácil compatibilizar dos vocaciones tan distintas.

-No crea. Lo de ser enfermero tiene mucho de arte y de alma. Cuando se crea, lo que se trata es el alma, el interior, el imaginario, y para mí, mis enfermos son algo muy especial.

-¿Qué supone para usted ver salpicada la ciudad de sus obras?

-Par mí es un orgullo. Es curioso, paso por ellas sin apenas hacerles caso, pero sé que están ahí y siempre van conmigo.

-¿Se siente valorado en Córdoba?

-No me hace falta. Este mundo es tan raro que, o te come o mandas en él. Y yo no me peleo con el mundo. Los que están en primera línea no tienen por qué ser los mejores, y hay que saber manejar la creación y el arte con respeto a la calle.

-También ha hecho incursiones en la poesía. ¿Qué le gusta expresar a través de los versos?

-Soy un poeta entre comillas, tengo tres libros en la calle, el principal de ellos, Mendigos. En él describí el momento en el que estábamos, la crisis. Pero es impresionante la fuerza que se echa en un papel en blanco, cómo hablas con él.

-¿Qué le da más miedo, el folio en blanco o el hierro sin tratar?

-Me llevo bien con los dos, pero lo mío es el hierro. Para mí es sublime y nos llevamos bastante bien, le tengo cogido el truco. Y él a mi.

-Una de sus últimas obras ha sido un encargo de Diario CÓRDOBA para homenajear a Carmelo Casaño con motivo del 40 aniversario de la Constitución. ¿Qué fue lo primero que pensó cuando se puso a ello?

-Cuando me hacen un encargo siento mucho respeto. En este caso, mi mente viajó a esos años y a la evolución de este país desde entonces. Rápidamente empecé a ver a ver la obra. Quise emplear tres elementos que fuesen solamente uno y expresasen lo que debían expresar. Y creo que lo conseguí.