El escritor cordobés y abogado Miguel Ranchal, presenta hoy su nueva novela, Velas para el dragón rosado, a las 20.00 horas, en el Ateneo de Córdoba, en un acto en que estará acompañado por Manuel Gahete y Antonio Varo. En este nuevo libro, el autor se vale de la cuestión catalana para hacer una traslación de la historia de España llevada hacia un futuro imperfecto.

-¿Cuándo comenzó a escribir o sintió la necesidad de hacerlo?

-Yo llevo escribiendo toda la vida, la vocación literaria no es una cosa de madurez. Aunque la inquietud por escribir me ha acompañado siempre desde el colegio, he sido un autor que he tardado más en publicar, ya que es complicado hacerlo.

-¿Se relacionan de alguna manera su profesión con su carrera como escritor?

-No soy un escritor al uso, ya que esta profesión es muy complicada, pero eso no te hace enfrentarte a la literatura con complejos, ni mucho menos. De alguna forma, ese afán por escribir también lo traslado a un aspecto técnico porque también hago un tipo de libro de carácter más técnico relacionado con la prevención de riesgos laborales, que es a lo que me dedico en mi vida profesional.

-¿Qué le ha inspirado a la hora de escribir la novela?

-La novela no pretende ser oportunista, ya que empezó a escribirse en el año 2010. Puedo marcarme libremente los plazos y no tengo ese apremio de tener que salir corriendo a divulgar por una presión de la editorial. La cuestión catalana lleva mucho más tiempo de lo que pueda parecer. La temática de fondo es la independencia de Cataluña y, aunque el libro es mucho más, ese fue el momento inspirador. Juego mucho con una traslación de la historia de España llevada hacia el futuro.

-¿Qué aporta su libro a los lectores que no haya en otros?

-A lo largo del libro, en ningún momento he hecho un análisis histórico o argumental-jurídico de la situación. No tiene nada que ver con lo que pueda ser una solución negociada o una decantación por una postura u otra. Cataluña es una excusa más que un motivo de desarrollo.

-¿Se imaginaba todo lo que está pasando actualmente en la política española cuando comenzó a escribir su libro?

-Eso es ser muy pretencioso, aunque ha habido cosas a las que me he adelantado antes de que hubieran ocurrido. Hoy en día, es verdad que estamos viviendo un empacho de presentismo y se digieren las cosas a una velocidad de vértigo. Estamos en una época en la que todo va muy rápido, y la política incluso más.

-¿Cree que el futuro no tan pluscuamperfecto del país que plasma en su obra se hará realidad?

-No es una novela histórica al uso, sino de reflexión, pero desde el esperpento. Junto a la picaresca, es la gran aportación de Valle Inclán, por ejemplo, y esa capacidad que tenemos de reírnos de nosotros mismos. Mi objetivo es que sirva para reflexionar y no para analizar los hechos.

-¿Tendremos una obra suya próximamente?

-Una persona a la que le gusta escribir siempre está intentando buscar cosas nuevas. Estoy sacando novelas cada nueve años, espero que la próxima no tarde tanto tiempo en salir, pero sí estoy en otra idea que creo puede ser interesante para los consumidores.