Hace un balance muy positivo de su primer año al frente del conjunto arqueológico de Medina Azahara, pero también habla de unos meses intensos de trabajo en torno a la candidatura de la ciudad palatina a convertirse en Patrimonio de la Humanidad, un reto para el que está preparada, según el informe del Icomos, y cuyo desenlace se conocerá en apenas un mes. El optimismo invade a Alberto Montejo, ya que, como hace ahora un año, tiene fe ciega en que lo conseguirá y solo piensa en el futuro del yacimiento, alertando de que «hay que reflexionar mucho sobre las actuaciones en Medina Azahara» porque «van a perdurar en el tiempo».

-Hace un año se hacía cargo de la dirección del conjunto arqueológico de Medina Azahara en un momento crucial de su trayectoria. ¿Qué balance hace?

-Positivo y muy intenso. Llegué al cargo cuatro meses antes de la visita del evaluador del Icomos, para lo que hubo que hacer un importante trabajo de organización, ya que participaron más de 100 personas, desde profesores de universidad, técnicos del Ayuntamiento a vecinos de las parcelaciones y propietarios de la zona como la Marquesa del Mérito, además de autoridades. Se implicó a mucha gente, y a todos agradezco su colaboración. Y creo que el trabajo está dando sus frutos.

-El informe favorable del Icomos ha levantado las expectativas. ¿Hay algo que pueda suponer un escollo para el reto como el hecho de que España, y especialmente Córdoba, ya tiene muchos títulos de la Unesco?

-No creo que eso pueda suponer un problema, sino un reconocimiento al gran patrimonio que tiene esta ciudad. No tenemos la culpa de lo que tenemos y, según ha valorado la Unesco, lo estamos gestionando bien.

-¿En qué labor están centradas ahora las instituciones de cara a la asamblea de Baréin?

-Sobre todo, de organización y representación de la candidatura en la asamblea. Y nosotros, en Medina Azahara, continuamos trabajando en la línea que lleva el yacimiento.

-El Icomos también hizo una serie de recomendaciones. ¿Hay alguna de ellas especialmente complicada de llevar a cabo?

--El escollo mayor, el de las parcelaciones ilegales, ya no es un problema porque están paralizadas desde hace años. Respecto a la pantalla vegetal para mitigar el impacto de estas construcciones, hay que estudiarlo y reflexionarlo con tranquilidad porque las actuaciones que se hagan van a durar mucho tiempo. Una masa vegetal puede tardar años en crecer, y hasta entonces tampoco veremos el resultado. Y en cuanto a los accesos, es fundamental que la línea de autobús que pasa por la carretera de Palma del Río acceda al museo para permitir llegar de una manera fácil y barata al visitante.

-El consejero habló recientemente de iniciar la visita al yacimiento en su orden natural, de abajo a arriba. A simple vista no parece fácil.

-El museo se diseñó teniendo en cuenta el acceso al yacimiento peatonalmente, andando. Hay que acondicionar un camino de unos 800 metros para todo tipo de público. Habría que establecer también unas zonas de descanso con sombras durante el recorrido. Pero, insisto, hay que reflexionar mucho sobre las actuaciones que se lleven a cabo en Medina Azahara porque van a perdurar en el tiempo. También hay que pensar en los flujos de visitantes en el recorrido dentro del yacimiento para que no se colapsen determinadas zonas.

-En cuanto a la financiación, el Icomos habla de buscar apoyo en instituciones externas y da un tirón de orejas a los empresarios turísticos. ¿Cree que lo más importante es la continuidad en los trabajos actuales?

-Absolutamente. La Unesco reconoce que lo estamos haciendo bien, por lo que no vamos a cambiar. Yo espero que aumente el presupuesto de Medina Azahara, pero esto es una labor de todos, no solo de las administraciones públicas. El sector privado también debería colaborar porque la cultura es un factor de desarrollo económico. En Córdoba no hay playa, pero tenemos grandes monumentos, que son los que atraen al visitante.

-El Salón Rico es una de las asignaturas pendientes. ¿Cambiará la visión y la visita a la ciudad califal?

-El Salón Rico es la joya de la corona, y espero que para finales de este año se vuelvan a retomar los trabajos de restauración, que son obras verdaderamente muy complejas. Tenemos pensado que se pueda visitar mientras se trabaja en él, y explicar cuál es el proceso de recuperación de esa estancia. Nos reclaman continuamente su apertura. La visita al Salón Rico es necesaria para entender la monumentalidad de Medina Azahara.

-¿Hay programada algún tipo de actividad para dar más visión al conjunto arqueológico antes de la asamblea?

-Solo las habituales. Queremos retransmitir desde el salón de actos del museo la asamblea de Baréin para vivirlo en directo y compartir el momento con el público que quiera. Aún está por determinar el día y la hora. En principio, la reunión para deliberar sobre las candidaturas, según el programa de la Unesco, será entre el 29 de junio y el 2 de julio, y en esos días se decidirá.

-¿Cómo están yendo las visitas nocturnas? ¿Hay demanda?

-Esperábamos más visitantes, pero el mayo cordobés es muy potente, hay mucha oferta, y acceder al yacimiento no es fácil. Vamos a ver cómo responde el verano.

-¿Se han solucionado los problemas con los trabajadores?

--No ha habido problemas, solo que todo esto es nuevo, y cambiar la dinámica no es fácil, ha habido que llegar a acuerdos.

-El Icomos también hablaba de cambiar la denominación del conjunto para que conserve su nombre histórico.

-Lo que hace Icomos es recomendar que se denomine con su nombre oficial, Madinat al-Zahra. Medina Azahara es su traslación al castellano y se está utilizando desde principios del siglo XX. Hay calles, colegios y empresas que llevan ese nombre. Es como si a la Alhambra ahora la llamáramos al-Hamra. La transcripción del árabe es complejo. Lo vamos a llamar como queramos, pero el nombre oficial será Madinat al- Zahra.

-¿Entra en los planes de trabajo seguir excavando?

-Tenemos un programa para investigar en la Plaza de Armas que ayudará a organizar el acceso peatonal desde el museo. Pero, antes de seguir excavando, hay que conservar e investigar sobre las zonas ya excavadas.