Tras dedicar su trayectoria profesional a la producción audiovisual, el realizador cordobés Guillermo Rojas debuta en la dirección de ficción con Una vez más, un largometraje que propone un reencuentro con el pasado y los sueños de juventud. Con esta historia, que habla de superar la nostalgia, pasar página y madurar, ha conseguido seis nominaciones a los premios Asecan, entre ellas al mejor director novel.

-Después de años trabajando en el documental, ¿qué le ha hecho afrontar su primer largometraje?

-Siempre he querido hacer esto. Hasta ahora, he trabajado en el mundo del documental porque no he tenido ocasión de desarrollar mi primera película. Los procesos y los tiempos son diferentes y se tarda más en encontrar financiación para hacer un largometraje que para elaborar un documental de alguien con una biografía interesante. Las puertas se abren más rápidamente que cuando expones un proyecto de comedia dramática generacional sobre la gente que se ha ido fuera de España y ahora piensa en volver.

-No está mal para empezar ¿Esperaba este éxito?

-Me ha sorprendido mucho. La película se estrenó en el Festival de Sevilla y me gusta, creo que es muy personal, tiene mucho de mí y de mi día a día, pero me sorprendió que a la gente que le llegó, le llegara tanto. El público se ha emocionado con la película y las nominaciones son el resultado de esa emoción. Es un filme modesto y no tenía ni idea de la acogida que podría tener.

-Es una película que habla de reencuentros, de ajustar cuentas con el pasado. ¿De dónde surge esa temática?

-La película cuenta la historia de Abril, una chica que se fue de España para buscar trabajo en el extranjero, y después de un tiempo empieza a replantearse volver a casa porque no es del todo feliz, ya que esa nostalgia y melancolía de lo que dejó atrás no se ha perdido. Cuando decidí contar esa historia, partí un poco de una situación personal. Vivo en Sevilla, pero echo mucho de menos mi vida en Córdoba, mis amigos, mi familia, es como un sentimiento de pérdida. Mezclé esa sensación con la historia de mi hermano, que vive y trabaja en Londres.

-En base al argumento del filme, ¿cree que España tiene un problema con sus jóvenes?

-Tenemos un problema. A mí me da mucha pena ver como una generación se ha ido, y muchos de ellos sin querer hacerlo. Las familias se han roto, se han quedado huérfanas. Hay mucho desamparo, como cuando hace 40 años se tuvieron que irse nuestro padres o abuelos. En un país desarrollado como España no se ha sabido asimilar a tanta gente. Aunque los tiempos cambian y las distancias se reducen.

-Es una película que habla de la crisis, de la huida en busca de trabajo, realizada también en tiempo de crisis. ¿Cómo lo consiguió?

-Con mucho esfuerzo y paciencia. Económicamente, hemos contado con la colaboración de Canal Sur. Es un proyecto que yo empecé hace cinco años, cuando la crisis era aun mayor, y el proyecto ha cambiado, igual que la situación política y social, lo que ha dado más fuerza a la historia porque creo que hay mucho más drama si el personaje principal puede plantearse debatir sobre su vuelta. También hemos contado con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla, de empresas locales, y nos hemos rodeado de un equipo que ha hecho que el proyecto no se sobredimensionara. No quería trabajar con actores demasiado conocidos.

Me parece increíble que estemos nominados junto a películas como 'Adiós' o 'Intemperie'

-Sevilla tiene un papel protagonista en su ‘ópera prima’. ¿Qué es para usted Sevilla? ¿Se ha convertido en su ciudad?

-Vine a Sevilla en 1999, cuando empecé a estudiar la carrera, y para mí era un mundo nuevo comparado con Córdoba, conocí a mucha gente de toda España y eso te hace cogerle cariño a la ciudad. Y quería devolver ese cariño a Sevilla, de la que me enamoré a los 18 años. Es una película muy callejera, sacamos rincones muy característicos de la ciudad y otros muy personales.

-‘Una vez más’ habla de sueños. ¿Está alcanzado los suyos?

-Poco a poco. Mi sueño es poder vivir de lo que me gusta, poder contar las historias que quiero. Y no siempre es sencillo. Pero tampoco hay que tener prisa. Sí, se van cumpliendo los sueños.

-¿Qué le llevó a contar con Silvia Acosta y Jacinto Bobo para protagonizar su primera película?

-Llegaron al proyecto de forma diferente. Siempre pensé en Jacinto, y le agradezco su participación. Sin embargo, Silvia salió de un cásting en Madrid. Quería no cerrarme la oportunidad de conocer gente nueva, a la que darle también una oportunidad.

-¿Le gustan las historias de mujeres?

-Sí, creo que son mucho más interesantes. Y creo que es necesario que contemos historias de mujeres, sobre todo, los hombres. Las cosas hay que normalizarlas mucho más, y para mí siempre ha sido interesante escribir desde el punto de vista de una mujer, aunque no siempre es sencillo.

-¿Qué papel juega la música en la película?

-Muy importante. Quería que ayudara a contar lo que sentían los personajes. Hay muchas canciones de grupos de la escena indie de Sevilla y quería que lo que contaran ayudara a explicar la trama. Por eso hicimos una canción original que ayudara a eso, y también está nominada.

-¿Le imprime a este filme la estética del documental habitual en usted?

-Algo de eso hay. Gran parte de la película la hemos hecho con la cámara al hombro, muy cerca de los personajes protagonistas. Hay muchos primeros planos largos.

-¿Qué le parecen sus competidores?

-Me parece increíble que estemos nominados junto a Intemperie o Adiós, que tienen diez veces nuestro presupuesto. Es un orgullo, como formar parte de ese club.

-¿Qué otros proyectos tiene en cartera actualmente?

-He vuelto a la producción con un documental sobre Antonio Machado, que se llama Los días azules. Y estamos trabajando para que se pueda ver en otoño.