El productor cordobés Guillermo Rojas no ha podido empezar mejor el 2021, aunque el pasado año haya sido el peor que se recuerda para el cine español. El documental Antonio Machado. Los días azules, dirigido por Laura Hojman, ha salido del horno de la productora Summer Films, creada por Rojas, que, además de sentirse muy feliz por la cosecha recibida por la cinta en los últimos premios Asecan -dirección, guion, fotografía, sonido, montaje y música original-, celebra que el género del documental «haya dejado de ser el pariente pobre del cine».

-El pasado sábado cosechó un gran triunfo en los premios Asecan con el documental ‘Antonio Machado. Los días azules’ ¿Cómo lleva la resaca del éxito?

-Con mucha alegría, estamos muy contentos, sobre todo porque el hecho de que un documental se convierta en la obra más premiada de la edición de este año, rompiendo ese tabú y llevándose galardones tan importantes, hace que esta obra tenga mucha más visibilidad y que nos ayude a que se difunda y a que la gente lo vea, que es para lo que lo hacemos.

-Este reconocimiento indica que el documental es un género en alza. ¿Ha dejado de ser el pariente pobre del cine?

-Estoy seguro de que sí. Desde hace unos años, estamos viendo mucha calidad en obras documentales y se están perdiendo ciertos prejuicios. Cada vez se programan más en las salas de cine, en las plataformas, donde el público se está acostumbrando a ver documentales y está perdiendo ese miedo. Y esto permite llegar a más gente y que los espectadores se acerquen con más libertad.

-Ha sido un año duro para el cine, ¿esto es una inyección de optimismo frente al desánimo?

-Para mí y para el sector, porque el simple hecho de que se haya celebrado de manera presencial la entrega de estos premios y se haya querido apoyar la idea de que la cultura es segura, ya es muy importante. Si nosotros no lo celebramos, ¿cómo le vamos a pedir al público que vaya a las salas de cine? Hay que transmitir confianza, porque los tiempos que vienen no son fáciles, el nivel de la producción se ha resentido, se han ralentizado los proyectos y hay muchos compañeros que han retrasado rodajes.

-Pese a no haberse podido exhibir en pantalla grande todo lo que usted hubiera querido ¿Cómo ha sido el recorrido del documental?

-Muy bueno. Se ha exhibido en todos los festivales, y teníamos muy claro que la primera ventana tenía que ser la Seminci de Valladolid, porque allí tienen una tradición de cuidar el documental y es una rampa de salida estupenda para la proyección de este tipo de obras. Después pasó por el festival de Sevilla, el de Zaragoza o el de cine español de Edimburgo, nos nominaron a los premios Forqué... Con todo este empuje, decidimos hacer un estreno en cines el pasado 4 de diciembre, pero las salas cerraron y apenas se ha podido ver en pantalla grande en Andalucía, exceptuando los pases de la Filmoteca en Córdoba y Granada. Ahora se está distribuyendo en el resto de España.

-Siempre ha formado un buen tándem con Laura Hojman. ¿Qué significa esta directora en su trayectoria?

-Es muy importante. Ella se incorporó a la productora hace siete años y le dio un gran empuje, empezamos a afrontar proyectos más ambiciosos, con mayores perspectivas, le dimos una vuelta al desarrollo de los documentales, y gracias a ella hemos alcanzado objetivos que quizá no hubiera logrado solo. Nos compenetramos muy bien y, sobre todo en los documentales, trabajamos mano a mano y controlamos todo el proceso.

-¿Qué descubre el espectador del popular escritor en ‘Machado. Los días azules’?

-Cosas que no sé si son poco conocidas o que la gente tenía olvidadas. No es un trabajo que se centre solo en su faceta poética, sino que también hablamos de su parte cívica, filosófica, incluso sobre su compromiso político, y mostramos a un Machado muy humano. Hemos hecho todo su recorrido vital, grabamos en todas las ciudades donde él vivió y pudimos entrar en contacto con gente que sigue manteniendo su legado muy vivo y que nos contaron cosas muy desconocidas. Por otro lado, nos hemos dado cuenta de que Machado es muy actual. Todo lo que él pensaba tenía mucho que ver con lo que está pasando ahora, como la crispación política que vivimos o la necesidad de hablar con el otro, tener la mente abierta que él siempre defendía.

-¿Fue feliz Machado? ¿Murió de tristeza?

-Creo que fue feliz en muchos pasajes de su vida, pero sí pienso que murió de pena. Y esa fue una de las claves por las que decidimos hacer el documental.

-El cine cordobés ha salido bastante bien parado de los Asecan, ¿Cree que Córdoba puede tener un lugar dentro del cine andaluz?

- Desde luego, por los profesionales y las localizaciones debería tenerlo. Pero creo que en Córdoba falta ese tejido industrial que tienen Sevilla o Málaga, sinergias, más implicación de las instituciones locales y apoyo financiero.

-Después de un largometraje y un documental con los que ha alcanzado el éxito, ¿en qué piensa ahora?

-Lo más inminente es otro documental de Laura Hojman, que en esta ocasión se centra en la dramaturga María Lejárraga. Lo haremos esta primavera en coproducción con Televisión Española y con el apoyo de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales. Estamos en ello.