Lo que empezó como un 'thriller' casi modesto, de presupuesto medio, ha devenido en la última década una franquicia cada vez más grande, rápida, rotunda, amiga de lo imposible, gloriosamente consciente de sus altas cotas de delirio. Ni siquiera el cielo es el límite: el horizonte no tan lejano podría ser el espacio exterior, según ha comentado el guionista habitual Chris Morgan. Ante el estreno, este jueves, de 'Fast & Furious 8', repasamos la evolución de la saga a través de sus largometrajes (y, por supuesto, sus dos cortos, por ser exhaustivos).

A TODO GAS

Rob Cohen, 2001

‘A todo gas’ fue un inesperado éxito de taquilla: costó 38 millones de dólares, pero recaudó 200 en todo el mundo. En verdad, y visto hoy con perspectiva, la ecuación era imbatible: carisma irresistible de los guapos protagonistas (Vin Diesel, Paul Walker, Michelle Rodríguez y Jordana Brewster), temazos rap de Ja Rule, DMX y R. Kelly, y, por supuesto, el llamativo y turboalimentado mundo del ‘tuning’, con sus cromados, sus derrapajes y sus toneladas de óxido nitroso. En ella, Walker es Brian O’Conner, un policía del FBI que se infiltra en el mundillo macarra de las carreras ilegales para intentar acabar con el imperio de Dom Toretto (Diesel).

2FAST 2 FURIOUS. TURBO CHARGED PRELUDE

Philip Atwell, 2003

‘A todo gas’, lo recordarán, acababa con la huida de Toretto (Diesel) gracias a que el agente O’Conner (Walker) hacía la vista gorda. Este cortometraje sin diálogos de poco más de seis minutos, publicado como extra en algunas ediciones del DVD de la primera entrega, servía de nexo de unión con la inminente secuela, ‘2 fast 2 furious: A todo gas 2’. En la pieza, un O’Conner en busca y captura por dejar escapar a Toretto viaja desde Los Ángeles por todo el país haciéndose de oro en carreras ilegales. Tras el inevitable pero casto encuentro con una joven que le ayudará a huir de la policía, nuestro héroe llegará a Miami dispuesto a rehacer su vida fuera de la ley.

A TODO GAS 2

John Singleton, 2003

Pese a su éxito en taquilla, la saga perdía de buenas a primeras a Rob Cohen, Vin Diesel (que decidieron crear su propia serie de acción, ‘xXx’), Michelle Rodríguez y Jordana Brewster. Todo el peso recaía, pues, en Paul Walker que, en compañía del carismático Tyrese Gibson y de la siempre imbatible Eva Mendes, fue capaz de que esta segunda entrega no solo satisficiera la exigencia del fan, sino que también reventara la taquilla. Aquí, el exagente O’Conner, huido de la ley, deberá intentar capturar al despiadado narcotraficante argentino Carter Verona (psicopático Cole Hauser) para que le sean perdonados sus delitos.

A TODO GAS: TOKYO RACE

Justin Lin, 2006

La más extraña de todas las películas de la serie, para muchos la peor, ubicada fuera del tiempo y del espacio: no queda nadie del reparto original, la acción se traslada de Estados Unidos a Japón y, aunque es la tercera entrega, cronológicamente estaría ubicada entre la sexta y la séptima. Exaltación de la difícil técnica del derrapaje 'drift', sitúa al joven Sean Boswell (Lucas Black) en el mundillo de las carreras ilegales de Tokio, entre luces de neón y la siempre inquietante presencia de la yakuza. El final ofrece un fabuloso golpe de efecto: la aparición del gran Dom Toretto (Diesel) al volante de un Plymouth Road Runner del 70 que abría las puertas a su regreso a la serie.

FAST & FURIOUS 3.5: LOS BANDOLEROS

Vin Diesel, 2009

Segundo cortometraje de la serie, ‘Los bandoleros’ se sitúa entre el final de la primera entrega y el principio de la cuarta. Dicho de otro modo: nos relata en 20 minutos qué ha hecho Dom Toretto (Diesel) desde que el agente O’Conner (Walker) le dejara huir al final de ‘A todo gas’. Ambientado en la República Dominicana, con las presencias estelares de Michelle Rodríguez, Don Omar y Tego Calderón, el corto (incluido como extra en algunas ediciones de Blu-ray y DVD) explica, entre otras cosas, las razones de que la cuarta entrega empiece con el espectacular robo de gasolina a un convoy de camiones en marcha a cargo de Toretto y sus colegas. Círculo, por fin, cerrado.

FAST & FURIOUS: AÚN MÁS RÁPIDO (A TODO GAS 4)

Justin Lin, 2009

Regresa el reparto de la película original, pero también, por insistencia de Lin, el personaje de 'Tokyo Race' encarnado por Sung Kang: Han Seoul-Oh, compañero de negocios de Takashi, el villano de aquella. Como ('spoiler') moría en esa película, se entiende que la cuarta entrega de la saga es una precuela de la primera; la acción de 'Tokyo Race' sucede realmente después de la sexta. Toretto y O’Conner se enfrentan, pero después atan lazos, en una entrega de acción más rápida que el ojo, imaginario rozando la ciencia ficción y banda sonora de reggaeton avanzado. La seriedad inicial empezaba a ceder paso a la autoparodia.

FAST & FURIOUS 5

Justin Lin, 2011

Cuando el absurdo entra por la puerta, la tristeza salta por la ventana. Y el espectador sin prejuicios solo puede aplaudir por la falta de escrúpulos. Además, 'Fast & furious 5' introduce la idea de que cada entrega podría pertenecer a un subgénero diferente: esta es una película de robos en la línea de 'Ocean’s 11'. El Hernan Reyes de Joaquim de Almeida no será el villano más interesante de la saga, pero hay otro enemigo, el agente Hobbs (Dwayne Johnson), sobrecargado de carisma. Redondeando la jugada, inesperadas sondas de emoción: véanse las reflexiones sobre paternidad y familia dispersadas por el guion.

FAST & FURIOUS 6

Justin Lin, 2013

Leticia Ortiz (Michelle Rodriguez) regresa de entre los muertos para enfrentarse a puño descubierto con Gina Carano, exestrella de las artes marciales mixtas y heroína de la gloriosa 'Indomable' de Steven Soderbergh, en mitad del metro de Londres. The Rock se suma al clan. El galés Luke Evans da vida a un villano, Owen Shaw, temible como pocos en la franquicia. Vin Diesel propina el que podría ser el mejor cabezazo de la historia. ¿Qué se puede objetar? Simplemente nada: 'Fast & Furious 6' es una película perfecta, según Lin bajo la influencia del experto en cine coral Robert Altman; son 13 personajes los que administra con maestría.

FAST & FURIOUS 7

James Wan, 2015

Aunque ya había rodado un eficaz 'thriller' de vigilante clandestino, 'Sentencia de muerte', había ciertas dudas sobre cómo se defendería James Wan, experto en terror, dentro de los márgenes de la acción pura. También aleteaba sobre esta entrega, arruinando la fiesta, la muerte de Paul Walker durante el rodaje, e inquietaba que hubiera sido resucitado artificialmente en algunas partes. Pero 'Fast & Furious 7' resultó ser la, quizá, cumbre de la saga hasta la fecha, un espectáculo hiperbólico no exento de fortaleza moral. Ese gran final -los caminos de O’Conner y Toretto se bifurcan, fundido en blanco- parece obra de Clint Eastwood.

FAST & FURIOUS 8

F. Gary Gray, 2017

La trágica muerte de Walker en accidente dejó la serie huérfana de uno de sus puntales, pero el espectáculo debía continuar. En este caso, en sentido literal: la octava entrega es puro espectáculo bajo los inequívocos parámetros de la saga: una gloriosa celebración de la desmesura y el delirio desdeñando, más que nunca, las leyes de la física, de la lógica y del sentido común, con escenas de acción apoteósicas como la de los coches zombi o el submarino sobre el hielo. Toretto (Diesel) debe traicionar, o lo parece, a la familia, ampliada aquí con los hermanos Shaw (Jason Statham y Luke Evans) de su parte, en una trama de ciberterrorismo con Charlize Theron como estilizada villana. Divertimento total, casi definitivo.