Lin Cortés, uno de los exponentes de la renovación del arte jondo que alcanzó un sonido propio al moverse desde el flamenco de raíz en múltiples direcciones, da ahora rienda suelta a la sangre que corre por sus venas -es hijo y nieto de artistas flamencos y sobrino de El Pele- con un nuevo formato, en el que el músico cordobés se presenta con una formación en acústico con la que rescata los temas más flamencos que ha escrito durante su carrera, tanto para él como para otros artistas. Después de haberlo mostrado con éxito por algunos escenarios nacionales, el próximo jueves dará a conocer ante sus paisanos este nuevo espectáculo en el Gran Teatro.

-Cuando aún no se ha enfriado ‘Indomable’, se enfrenta a un nuevo proyecto, ‘Gitanerías’. ¿Le ha invadido la inspiración?

-De alguna manera, sí. Aunque, realmente, la idea iba por otro sitio. Mi pretensión era montar un espectáculo acústico para los conciertos en salas pequeñas, pero, de repente, me vino la inspiración y pensé en meter a tres chicas a los coros. Todo empezó a fluir hasta el punto que dejó de ser un acústico para convertirse en un proyecto nuevo. Empecé a componer y ya hemos firmado con la compañía BMG para sacar un disco en febrero.

-Después de ser uno de los exponentes de la renovación del flamenco, ahora vuelve a las bases de este género. ¿Por qué? ¿Sentía la necesidad?

-La verdad es que me apetecía mucho, aunque, en principio, lo pensé por comodidad, ya que en las salas pequeñas, a veces, llevar batería y esa cantidad de músico es demasiado. Muchas veces no hay equipo ni escenario suficiente. Pero lo que empezó a surgir por eso ha acabado en el nacimiento de Gitanerías, y me siento muy cómodo. Es como volver a la música de casa, cuando estás con la familia, a la fiesta de los gitanos.

-¿Por qué primero el espectáculo y luego el disco?

-Porque empezó por ahí, pero enseguida me di cuenta de que teníamos que grabarlo. Comenzamos con El jardín de la memoria y ahora ya tenemos tres temas más, uno de ellos uno que compuse para La Susi y que he recuperado con algunos cambios.

-¿Qué canciones completan este acústico?

-Las más flamencas de mis dos discos y las más desnudas e íntimas y que tienen que ver con esa idea del flamenco familiar.

-No parece fácil pasar en pocos meses de la vanguardia a la ortodoxia.

-En realidad, no he abandonado la vanguardia. Ese proyecto lo desarrollo en festivales y escenarios grandes. De hecho, acabo de actuar con la banda eléctrica en Sevilla, donde también me llevé a las chicas de los coros de Gitanerías. Lo junté todo. Estoy con dos proyectos paralelos.

-¿Cómo está funcionando el espectáculo? ¿Cómo lo ha recibido su público?

-Sinceramente, creo que la gente lo disfruta, sobre todo, en salas pequeñas, porque el público me oye. Con todo el grupo, a veces desaparezco porque la banda me come. Pero en Gitanerías, que estoy yo con la guitarra, además de un cajón y un bajo, todo suena más nítido, la gente entiende bien las canciones y disfruta mucho. Donde hemos ido se han agotado las entradas. Espero que en Córdoba pase lo mismo.

-Pero en Córdoba el escenario no será una pequeña sala, sino un gran teatro. ¿Enriquecerá la actuación?

-Sí. En principio contaremos con un flautista malagueño que ya ha colaborado conmigo, y no sé si añadiremos algo más.

-Esta semana le hemos visto en un programa de televisión como uno de los representantes de la música cordobesa. ¿Cómo fue la experiencia?

-Muy bien, todo fue fantástico. Llevo años hablando con María José Llergo sobre una colaboración conjunta y al final nos ha unido Televisión Española.

-¿Tiene Córdoba mucho talento escondido?

-En esta ciudad hay muchísimo talento. Aquí tenemos a Vicente Amigo y a El Pele, que son lo mejor en guitarra y cante. Y tras ellos hay muchos.

-Hábleme de la banda que le acompañará.

-Compartiré escenario con Josué Ronquío, al bajo, que también viene conmigo en la banda eléctrica; en la percusión estará Guito, que ha tocado con figuras como Vicente Amigo y José Mercé, y, por último, las hermanas Amara y Coral Rodríguez, que acaban de empezar en esto, a las que se une en los coros mi hermana Anahis. Las tres cantan maravillosamente.

-¿En qué formato se siente más a gusto?

-En los dos. Si es un escenario grande, prefiero la banda eléctrica, pero si son conciertos íntimos en salas pequeñas prefiero Gitanerías. Disfruto mucho en los dos. El flamenco me sale de manera natural, pero también me gusta el rock, el funky, el blues...

-¿Seguirá componiendo temas para ‘Gitanerías’?

-Sí. A estas cuatro canciones se unirán más. Ya las tengo en mente, y son aún más flamencas. Me estoy trasportando a la antigüedad, a los cantes antiguos. Material está saliendo, somos como Woody Allen.

-¿A quién le pide consejo? ¿Influye su familia flamenca en sus decisiones?

-Excepto cuando estoy de promoción, yo llevo una vida bastante solitaria con mis perros en mi campo. Pero se lo suelo enseñar a mi familia, a quien le gusta mucho más Gitanerías.