El rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, y la directora gerente del hospital Reina Sofía, la doctora Marina Álvarez, pronunciaron ayer sus respectivos discursos de ingreso en la Real Academia de Córdoba, el primero como académico correspondiente en Algeciras (Cádiz) y la segunda como académica correspondiente en Aguilar de la Frontera.

El salón de columnas del antiguo rectorado fue escenario de sus exposiciones, ambas de corte científico. La ponencia del rector, titulada Como la caída de la hoja.., versó sobre la muerte colular programada o apoptosis, «un neologismo tomado del griego por la similitud entre este tipo de muerte celular y la caída de las hojas en otoño o los pétalos de las flores». Gómez Villamandos estableció un «diálogo íntimo con la muerte» en el que se planteó el porqué, el cómo, el para qué, el dónde y el cuándo. Este tipo de muerte celular programada, según explicó, «ordenada y silenciosa», es un proceso «imprescindible para la vida» y su alteración, por inhibición o por exceso, «produce múltiples enfermedades como el cáncer, enfermedades autoinmunes e infecciones víricas persistentes». En concreto, él realizado desde los años 90 investigaciones sobre los mecanismos que que la originan en diferentes enfermedades víricas que se caracterizan por estados de inmunodepresión. Para terminar, reflexionó sobre la importancia de la investigación como base de los avances que mueven a la humanidad y de que ésta requiere masa crítica de investigadores e investigación estable y de inversión. Finalmente, recordó que «no son los países más ricos los que más invierten en educación e investigación sino que los que invierten más en educación son los que han llegado a ser más ricos». Por su parte, Marina Álvarez centró su discurso en la evolución del diagnóstico del cáncer de mama, desde el descubrimiento de los Rayos X y su aplicación a la glándula mamaria (mamografía) hasta los programas actuales, que incorporan la tecnología digital o la mamografía 3D, la mamografía con contraste o la biopsia extirpativa de mama. Tras plantear los retos de futuro, Álvarez concluyó que «el diagnóstico más preciso permitirá un tratamiento más personalizado, mejorando la respuesta al tratamiento y el pronóstico del cáncer».