Hace unos años el canadiense Philippe Lesage debutó con una película perturbadora, ‘Los demonios’, que se adentraba en las inseguridades de un niño, en sus primeros conflictos de identidad al mismo tiempo que un asesino pederasta andaba suelto por los alrededores creando una sensación de asfixia y extrañeza muy convulsa y sensitiva. Ahora, el director regresa con la recién estrenada ‘Génesis’, que ganó la Espiga de Oro en la pasada Seminci, en la que cambia la infancia por la adolescencia para hablar de los miedos a los que se enfrentan dos hermanos a la hora de experimentar el primer amor cuando no es correspondido.

En ‘Génesis’ el director traza un doble itinerario. Por una parte, Guillaume (Théodore Pellerin) vive en un internado elitista donde rige la ley del más fuerte y se perpetúan los valores machistas. En ese contexto hipermasculino, él se sentirá atraído por un compañero de clase. Al principio, lo ocultará por miedo al qué dirán, y más tarde, sufrirá 'bullying' por su orientación sexual.

ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

“En mi generación el 'bullying' era normal. Para ser respetado, si no eras del club deportivo tenías que ser un listillo para defenderte. Tenías que encajar sí o sí dentro de los estereotipos de género y se nos inculcaban mensajes conservadores: había que admirar a los fuertes y despreciar a los débiles. Y ese sistema ha nutrido a muchas generaciones”.

Por otro lado, nos encontramos con Charlotte (Noée Abita), que tiene la esperanza de encontrar el amor, de que la quieran más allá del sexo y que tendrá que hacer frente a situaciones muy delicadas y comprometidas. “Hace unos años desperté como hombre, me di cuenta de que a mi alrededor una de cada dos chicas había sufrido algún tipo de violencia sexual. En la película quería explorar eso, la toxicidad masculina, la rueda opresora del patriarcado que intenta rebajar a las mujeres y anularlas”.

Con tan solo dos películas el director ha conseguido desplegar un estilo muy particular, con planos muy largos en los que se palpa la tensión y también las contradicciones interiores de sus personajes, sus sueños y sus torturas. “He intentado mantener una continuidad estilística, también temática. En mis películas siempre hay monstruos, ya sean más o menos visibles. Y quizás por eso, también un poco de incomodidad, pero en esta ocasión se trata de personajes muy valientes porque luchan por lo que quieren, creen en el amor. Lo más triste que nos puede pasar a los adultos es alejarnos del amor por miedo a sufrir”.

El director es además un gran melómano, construye sus películas a partir de música que no para de sonar en su cabeza. En esta ocasión, a través de la atmósfera sonora Lesage construye el paisaje anímico de sus protagonistas y para ello utiliza la canción de TOPS ‘Outside’. “Necesitaba un tema que quisieras escuchar una y otra vez, para crear el efecto de que cuanto más escuchas una pieza, más te gusta. Por eso… la incluyo ¡hasta cuatro veces! Cuando eres adolescente, comienzas a construirte la banda sonora de tu vida. Antes eran casetes, ahora playlist, pero el concepto siempre es el mismo y para mí la canción de TOPS fue el germen de toda la película”.