La Galería Studio 52 Juan Bernier rindió ayer un homenaje al pintor vinculado al grupo Cántico Miguel del Moral, del que este año se cumplen 100 de su nacimiento. Los hermanos Jesús y José María Jiménez, propietarios del centro de arte, han sido los instigadores de este tributo, siguiendo así «la costumbre de mi padre, Pepe Jiménez», señala Jesús. El acto, al que acudieron familiares, representantes del mundo de la cultura y amigos del artista, algunos de su generación, como el poeta Pablo García Baena, consistió en la inauguración de una exposición de obra mayor del homenajeado, especialmente óleos, la mayoría cedida por su sobrina, Ana de Miguel, así como de amigos como Rafael Portillo, Rafael López y Angelines Arévalo, madre de los hermanos Jiménez, que posee cuadros del pintor en su colección privada.

A esta selección de pinturas se suma un biombo compuesto por tres tablas «que es inédito y está inacabado», señala Jesús, que asegura «que nunca se ha expuesto». Por otro lado, la exposición incluye una serie de fotografías en las que se muestra al artista con Antonio Gala durante la inauguración de una exposición, o con la familia del mítico periodista Matías Prats. El acto, presentado por Carlos Clementson, finalizó con la actuación del músico Arturo Muñoz, que interpretó con la viola el Preludio de la segunda suite de Bach.

Como no podía ser de otra manera, la poesía también estuvo presente en el acto, en el que Juan Muñoz recitó la Oda a Miguel del Moral, de Ricardo Molina. A juicio de Jesús Jiménez, Miguel del Moral merecía este homenaje porque «era uno de los grandes pintores de la época», que obtuvo la Medalla de las Bellas Artes, entre otros galardones, y cuya faceta humanista le sirve para ir más allá de la pintura y cultivar un arte total, con trabajos en dibujo, escultura y cerámica.