La sede de la Fundación Cajasol en Córdoba expone desde ayer una colección de piezas del artista cordobés Emilio Serrano que aglutina sus obras de madurez, especialmente sus grafitos y bodegones. Comisariada por Ángel Aroca, la exposición consta de 26 lienzos de distintos formatos que muestran la toma de conciencia de la madurez del artista en los años ochenta, cuando busca un estilo propio y decide hacer «lo que le pide su instinto, que es pintar dibujando», ya que es un «amante extraordinario del dibujo, elevándolo a la categoría de pintura», señala el comisario. «Era un dibujante excepcional», continúa Aroca, que explica que, además de los grafitos, esta exposición cuenta con siete, uno de ellos inacabado, de los bodegones que el artista cordobés pintó tras sufrir un delicado problema de salud, que, una vez superado, produjo «una eclosión» en la obra del artista, lo que se refleja en la muestra con el estallido de color que aportan esos bodegones, que Serrano pintó mientras llevaba a cabo una de sus grandes y más espectaculares obras, Homenaje a Córdoba.