Mezclar animación y documentación le ha funcionado al español Raúl de la Fuente, que con su película Un día más de vida, que le ha costado diez años de trabajo y que él califica de «surreal, onírica y universal», sedujo ayer al Festival de Cannes, donde se proyectó en sesión especial. «La película tiene unos elementos muy interesantes que hacen de ella un thriller, una película de aventuras... Yo la concebí como una bala, como un disparo, es una peli rápida, vertiginosa, con súbitas paradas surreales, oníricas, poéticas...», describe el realizador.

Realizada junto al especialista polaco de animación Damian Nenow, Un día más con vida es una adaptación de la obra del mismo título del mítico reportero Ryszard Kapuscinski, en la que cuenta los tres meses que pasó en Angola, en 1975, durante la guerra previa a la independencia de Portugal.

«Kapuscinski es un reportero pero también un poeta» y su personal estilo, tan realista como artístico, debía ser llevado al cine mediante la animación, a lo que se une la parte documental para contar con los testimonios actuales de personas que compartieron aquella experiencia con el reportero polaco. Amaia Ramírez, la productora, y De la Fuente querían introducir esas imágenes documentales «para que nadie olvide que aquello que pasó fue real».

«Este juego de animación y realidad era algo genuino, único, que pensamos que no se había hecho. Kapuscinski decía que el sentido de la vida estaba en cruzar fronteras y para nosotros era un reto».