Fe de etarras, la comedia negra escrita y dirigida por Borja Cobeaga, será la primera cinta producida por Netflix, la plataforma estadounidense de cine y series online, que se proyectará en el Velódromo Antonio Elorza en el marco del 65 Festival de Cine de San Sebastián. El director vasco ha señalado, nada más darse a conocer la noticia, que «estrenar en el Velódromo es una pasada», ya que es no solo es la sala más grande del Zinemaldia, sino que su pantalla de 400 metros cuadrados y su aforo para 3.000 espectadores la convierte, de momento, en la sala de cine más grande de España.

«Recuerdo que cuando Diego San José y yo trabajábamos para Vaya semanita y pasábamos por el Velódromo en autobús siempre pensábamos que la peli que teníamos en la cabeza la podríamos ver ahí, y ahora, pues sí, la verdad, estrenar ahí es una gozada», ha dicho. Allí es donde el Festival de Cine de San Sebastián programa las actividades más multitudinarias, como las dedicadas al público infantil, que suele ocupar el espacio por las mañanas. Cobeaga le reconoce a la cinta el «morbo» de ser la segunda película española original de Netflix y la primera de sus características que se proyecta en el Festival de San Sebastián. «Es una comedia negra, con un punto (sólo un punto) en común con El negociador -la anterior película de Cobeaga-, pero con ese algo de realista», indica. «La verdad -añade-, es que es muy coral y sus cuatro protagonistas -Javier Cámara, Julián López, Miren Ibarguren y Gorka Otxoa- son muy cómicos».

También coescrita con su compañero Diego San José, con quien ha firmado, por ejemplo, Ocho apellidos vascos, este proyecto ha permanecido diez años guardado en un cajón hasta que el gigante estadounidense de la producción y la distribución de cine y series online lo hizo posible.

En esos diez años, ETA ha dejado de ser la banda mortífera del pasado y su anunciado el fin de la violencia ha dejado a Fe de etarras en otro contexto diferente, reconoce el director, «más proclive» a tratar el tema del terrorismo desde un punto de vista diferente; el director vasco, no obstante, no ha dejado de usar el humor para abordar el asunto, ni antes, ni ahora. De hecho, nada más saberse que Cobeaga haría la película, algunos miembros de asociaciones de víctimas del terrorismo pidieron su boicot al considerara que Cobeaga «blanqueaba» a los asesinos e instaron a los usuarios a que borrasen sus suscripciones al portal de televisión. «Hoy, el contexto es idóneo, la banda no está activa y lo que antes era provocador, ahora se lleva mejor, además nos da cierta perspectiva de lo absurdo de haber vivido con esta violencia en Euskadi», explica el guionista y realizador.