La torre de Santo Domingo de Silos espera recuperar el esplendor perdido, pues el paso del tiempo ha ido ennegreciendo su aspecto. Tiene una planta cuadrada, con tres pisos superpuestos de tamaño decreciente y en el último cuerpo falta el capitel que debería rematarlo.

Los escasos restos de pintura que aún se conservan dan a entender que estaba policromada, algo que, según los expertos, es una característica habitual en las edificaciones barrocas.