El Circo Rojo desembarcó ayer en el estadio Enrique Puga de Córdoba con su primer montaje, Killerland, un espectáculo «inclasificable» que reúne bajo la carpa cine, teatro, danza, acrobacias, humor y voz en directo, todo ello con una banda sonora que incluye éxitos de las décadas de los ochenta y noventa muy conocidos para el público.

Pero, advierten sus responsables, «hay que venir con la mente muy abierta porque lo que se va a encontrar el público no está acostumbrado a verlo en ningún sitio», ya que también tiene un matiz sensual, con su punto de erotismo, «pero visualmente muy atractivo».

El espectáculo comienza mostrando el final del argumento y, a partir de ahí, se retoma la historia a modo de flash back. El show tiene como hilo narrativo la lucha entre dos bandas en un mundo apocalíptico que ansían llegar los primeros a la tierra prometida, todo ello a través de una road movie que traslada al espectador muchas emociones, desde la risa hasta, incluso, el agobio, ya que la veintena de artistas multidisciplinares que se mueven en el escenario imprimen «una gran pasión a la historia».

Esta es su segunda cita en Andalucía, después de Granada, y tras Córdoba recorrerán toda la comunidad a lo largo del verano. Así, los espectadores curiosos y con ganas de nuevas experiencias escénicas pueden hacerlo hasta el próximo domingo, o de jueves a domingo de la próxima semana, en una única función a las 21.00 horas.