Un día después de la masiva movilización de mujeres generada en Córdoba en torno al 8 de marzo, el Enmujecer Fest volvió a llenar las calles de la ciudad de hombres y mujeres dispuestos a moverse al ritmo que ellas marcaron, en el que hubo hueco para la reflexión, el aprendizaje y la emoción. El tema elegido este año por la plataforma Nosotras Decidimos era la sororidad, ese concepto que la RAE define como la «agrupación que se forma por la amistad y reciprocidad entre mujeres que comparten el mismo ideal y trabajan por alcanzar un mismo objetivo» y que el Enmujecer traduce como hermanamiento femenino. «Después de las manadas que hemos sufrido este año, queríamos lanzar la idea de la sororidad, animar al hermanamiento entre mujeres», explicó Talía Blanco, una de las portavoces de la plataforma, que valoró muy positivamente la respuesta del público que ha participado en las diferentes propuestas.

Todo comenzó por la mañana en la calle Capitulares, con la apertura del mercado de artesanas en el que han participado una veintena de mujeres con productos diseñados por y para ellas, donde se pudieron encontrar, entre otras cosas, todo tipo de complementos, elementos de decoración y hasta bragas con mensaje feminista. A la misma hora, en la Casa de la Juventud arrancaban siete talleres, que cubrieron todas las plazas y en los que han participado más de un centenar de personas en propuestas de risoterapia, literatura feminista, sensibilización sobre la historia de las mujeres gitanas, autodefensa feminista, sexualidad y violencia de género. «Los talleres van dirigidos al empoderamiento», según Blanco, que destacó la presencia este año de mujeres sordas, con un taller impartido con lengua de signos, y de personas de todas las edades «desde una niña de 11 años con su madre a la mayor de 64 años».

Las poetas cordobesas Juana Castro, Estefanía Cabello, María Pizarro, Mayte Martín y Ana Patricia Moya aportaron la pincelada literaria a la mañana, con versos cargados de sentido, que dieron paso a una performance de Verbo Sueño en torno también a la sororidad.

Por la tarde, la sala Orive dejó rienda suelta al teatro, la danza y la música con dos espectáculos, Fuimos Yerma y Abducida, de Melisa Calero, que coincidieron en el tiempo con las proyecciones realizadas en el centro de recepción de visitantes del concurso Enmujecer en corto. Según la organización, «el año pasado fue la primera vez que lo organizamos y fue tal éxito que hemos repetido». De 17 cortometrajes se ha pasado a 24 recibidos, entre los que se ha realizado una selección que ayer se presentó en público. Un jurado que incluye a profesionales como Marisol Membrillo y a colectivos como la Asociación de Mujeres Cineastas de Andalucía, CIC Batá, serán los que decidan los ganadores de dos de los premios, a los que se suma un tercero del público.

El broche a una jornada de activismo didáctico lo puso la fiesta de La Corredera La noche también es nuestra, un título que vuelve a hacer hincapié en el rechazo a comportamientos como los de las manadas y que ofreció el concierto colectivo Her-manadas.